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Plantas de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.) 

Plantas de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.) 

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Promoviendo el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles. Con «Ciencia» se fortalece la «Conciencia«

Por: Alis Teresa Márquez Araque

En sentido amplio (s.l.), el género «Acacia Mill.» pertenece a la familia Fabacaea (1). En este género se incluyen especies nativas o autóctonas de importancia forrajera que conforman comunidades vegetales, especialmente, importantes para los sistemas de producción con rumiantes de zonas áridas y semiáridas. A través de los saberes y experiencias locales, junto con información obtenida en trabajos de investigación ha sido posible comprobar el consumo por parte de animales rumiantes. Algunos estudios indican que sus partes comestibles poseen buen valor nutritivo, y tienen relevancia como fuentes de nutrientes para los animales. En esta entrada, nos referiremos de manera general a las principales especies de Acacia que tienen importancia forrajera en los ecosistemas áridos y semiáridos de Venezuela.

Principales especies de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.)

En Venezuela, destacados investigadores han realizado estudios de la composición florística de las comunidades vegetales que se encuentran en algunas áreas de las zonas áridas y semiáridas. En las comunidades estudiadas, localizadas en los estados Zulia, Lara, Falcón, Mérida, Sucre y Vargas se da cuenta de la persistencia de un grupo de plantas incluidas en el género Acacia(2-9), las cuales tiene importancia forrajera y constituyen una significativa fuente de nutrientes para los animales en los sistemas de producción a pastoreo, principalmente ovinos y caprinos(10) . Las especies forrajeras del género Acacia persistentes en los ecosistemas secos de Venezuela se presentan en la Tabla 1. 

Las especies A. farnesiana, A. macracantha, A. tamarindifolia y A. tortuosa poseen características anatómicas y morfológicas similares. Por su parte, la especie A. glomerosa presenta algunos rasgos distintivos de las anteriores. A nivel de campo está comprobado el consumo, y durante el tiempo de pastoreo es común observar animales consumiendo follaje, hojas secas, hojas verdes y vainas.  

Este grupo de acacias forrajeras tienen hábitos de crecimiento de tipo arbóreo o arbustivo. De acuerdo con las condiciones ambientales del lugar, pueden alcanzar entre 3 y 12m de altura. Las encontramos creciendo de forma natural, compartiendo hábitats, asociadas o entremezcladas con otras especies, con las que conforma comunidades vegetales propias de los ecosistemas secos, que además de forraje proporcionan variedad de beneficios ecológicos y ambientales. En Venezuela, se distribuyen en áreas de bosques caducifolios, sabanas y matorrales xerófilos espinosos de las zonas áridas y semiáridas (2-9,10,11).

Una característica resaltante de las especies antes mencionadas es su extraordinaria habilidad para resistir prolongados periodos de sequía y, con ello, mantener buena producción de biomasa forrajera durante todo el año. Este atributo es, particularmente, importante para los ovinos y caprinos en sistemas extensivos, en los que la vegetación nativa es la principal fuente de nutrientes para los animales.

Plantas de Acacia sp. en floración

Vainas y semillas

Entre las principales características anatómicas y morfológicas de estas acacias sobresale la presencia de fuertes espinas, dispuestas en un particular entramado.

El Tiamo (Acacia glomerosa)

Características de valor nutritivo de acacias forrajeras

Las hojas verdes o secas, ramas tiernas y flores constituyen las fracciones comestibles. Los caprinos tienen habilidades especiales para evadir el entramado espinoso y consumir las partes de la planta con mejor valor nutritivo.

Respecto al valor nutritivo, resultados de análisis químico indican que las concentraciones de proteína y fibra pueden ser variables, y se relacionan, principalmente, con la parte de planta analizada (Tabla 2).

Otro aspecto significativo de estas plantas y que reviste importancia, es la presencia de metabolitos secundarios; entre ellos, figuran fenoles, taninos, cumarinas y flavonoides. Estos compuestos, dependiendo de la concentración y especie de rumiante, pueden tener efectos adversos sobre el consumo y la digestibilidad de la materia seca y otros nutrientes (16).

Las bondades de estas plantas están representadas por beneficios adicionales a la oferta de forraje, incluidos diversos usos y aplicaciones industriales, y la provisión de servicios ecosistémicos, igualmente importantes para el ambiente y las comunidades. Entre otros, las acacias forrajeras proporcionan los siguientes beneficios:

  • Madera: útil para fabricar postes o estantillos empleados en la construcción de cercas, y como combustible para la cocción de alimentos.
  • Los tallos producen un exudado gomoso, el cual tiene potencial para diversas aplicaciones industriales (16-19).
  • Provisión de sombra y hábitats para especies de polinizadores y especies de fauna silvestre.
  • Son plantas importantes para la protección y mantenimiento de la funcionalidad de los suelos.
Hábitats de avispas y nidos de aves construidos en ramas de Acacia sp.

Importancia de las acacias forrajeras para la fertilidad y protección de suelos y restauración de paisajes en los territorios secos

Además de su capacidad forrajera y resistencia a la sequía, las plantas de esta especie leguminosa favorecen la fertilidad de los suelos.

  • A través de la asociación con bacterias fijadoras, contribuyen con la incorporación de nitrógeno al suelo.
  •  La materia orgánica descompuesta aportan nutrientes.
  • El sistema radicular es coadyuvante para el control de procesos erosivos.
  • La disposición de su tallos y ramas, y la asociación con plantas de otras especies, crean microambientes favorables para el desarrollo de otras formas de vida vegetal y animal. Por ejemplo: hábitats de algunas especies de fauna silvestre, como aves y murciélagos que son dispersores de semillas; también habitan abejas, avispas y aves que actúan como polinizadores. Ambos procesos, dispersión de semillas y polinización son fundamentales para la reproducción y propagación de estas y otras especies vegetales.
  • Así mismo, las condiciones particulares de humedad y temperatura en los estratos bajos de las comunidades vegetales donde abundan estas plantas benefician a la población microbiana y a grupos de insectos que realizan la descomposición de la materia orgánica, proceso vital para el reciclado e incorporación de nutrientes al suelo (20), y la mejora significativa de las condiciones del suelo, eventos que favorecen el desarrollo de algunas gramíneas, como por ejemplo, el pasto Guinea (21).

En general, las acacias forrajeras son plantas de gran utilidad tanto para la provisión de forraje y variedad de servicios ecológicos como para la recuperación de terrenos degradados. Tienen gran relevancia para los ecosistemas perturbados de zonas áridas y semiáridas. Deben ser consideradas en los planes de restauración o recuperación de paisajes, y para el establecimiento de sistemas silvopastoriles.

Referencias

  1. Maslin, B. (2015). Synoptic overview of Acacia sensu lato (Leguminosae: Mimosoideae) in East and Southeast Asia. Gardens’ Bulletin Singapore. 67(01). 231. DOI:10.3850/S2382581215000186
  2. González, E. (1980/81). Bol. Centro Inv. Biol. 14, 83-99
  3. Clemente Hernández, P. et al. (2003). Revista Pittieria. (32), 39-50. http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/26572
  4. Sánchez, A.J., et al. (2004).  Arch. Latinoam. Prod. Anim. 12 (Supl. 1):72-81
  5. Larrea-Alcázar, D., et al. (2008). Ecotrópicos. 21, 97-105.
  6. Vera, A., et al. (2009). Rev. Biol.Trop. 57(1-2), 271-281. http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-77442009000100024&lng=en&tlng=es.
  7. Villarreal,  A., et al. (2014).  Bol. Centro Inv. Biol. 48(1).  https://produccioncientificaluz.org/index.php/boletin/article/view/19049
  8. Ponce-Calderón, M.E., et al. (2016). Rev. Terra Nueva Etapa. 32 (51), 13-40.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-70892016000100002&lng=es&tlng=es
  9. Bello Pulido, J.A. (2020 [2021]). Acta Bot. Venez. (1 y 2), 1-41. http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_abv/article/view/22764
  10. Virgüez, G.T. & Chacón E. (1997). Gaceta de Ciencias Veterinarias, Año 3(1), 15-34.
  11. González Boscán, V. (2003). Bosques seco. En: Biodiversidad en Venezuela. Tomo II. Cap. 45. FONACIT. 734-744 pp.
  12. Pizzani, P., et al. (2006). Rev. Fac. Cs. Veterinarias.   4, 105-113.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0258-65762006000200005&lng=es&tlng=es
  13. Baldizán A. y E. Chacón. (2007). En: Espinoza F. y C. Domínguez (Eds). I Simposio Tecnologías Apropiadas para la Ganadería de los Llanos de Venezuela. INIA. Venezuela. 79- 109. 
  14. Sánchez, C.M., et al. (2004). Arch. Latinoam. Prod. Anim. 2 (Supl.1), 63-66. http://hdl.handle.net/1807/7075
  15. Márquez-Araque, A.T., y  Urdaneta, D. (2000). Proyecto: Alimentación de ovinos y caprinos de zonas áridas y semiáridas del estado Lara.  Laboratorio de Nutrición Animal. DCV-UCLA. Venezuela.
  16. Baldizán, A., et al. (2006). Zoot. Trop. 24(3), 213-232. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692006000300003&lng=es&tlng=es
  17. Abed El Kader, D., et al. (2002).  Rev. Fac. Agron. (LUZ). 19, 230-239
  18. Rincón, F., et al. (2008). Rev. Científica. 18(1), 87-92.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-22592008000100013&lng=es&tlng=es.
  19. Reséndiz Flores, N.S., et al. (2016). Rev. Mex. Cien. Agric. 7(spe16), 3251-3261. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-09342016001203251&lng=es&tlng=es
  20. Fernández, A., et al. (2014). Ecología austral. 24(1),103-110.  http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1667-782X2014000100012&lng=es&tlng=es.
  21. Romero Delgado, G., et al. (2021).  Rev. Inv. Vet. Perú. 32(3), e20389. https://doi.org/10.15381/rivep.v32i3.20389

Proteger y conservar la biodiversidad de las zonas áridas y semiáridas son estrategias pertinentes para enfrentar el cambio climático y promover el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles.

Imagenes de: AT Márquez-Araque. Municipio Iribarren, Estado Lara. Venezuela

Ofrecemos actividades dirigidas a la creación y fortalecimiento de capacidades para la producción de alimentos de origen animal.

Todas nuestras actividades de capacitación están concebidas con enfoque sostenible considerando el cambio climático y el bienestar animal.

Si deseas contribuir y apoyar nuestro trabajo comunicate: paeducave@gmail.com

¡Gracias!

Entre flores y colores. Un paseo por un trozo de semiárido larense

Entre flores y colores. Un paseo por un trozo de semiárido larense

2021 – 2030 Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas

La sorprendente vida de los ecosistemas áridos y semiáridos es una permanente fiesta de colores, aromas y sonidos que desafiando las adversidades nos muestran su extraordinaria belleza, y nos invita a disfrutar de sus singulares y hermosas flores.

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Imágenes de AT Márquez Araque. Barquisimeto, Estado Lara. Venezuela

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela ocupan una extensión aproximada de 41.023 km2, distribuidas en: la región costera, desde la Goajira en el occidente, hasta el Golfo de Cariaco en el oriente del país; la altiplanicie de Barquisimeto; las mesas áridas de Los Andes y en las islas caribeñas (1,2).

El clima Seco tropical se caracteriza por alta temperatura, baja precipitación y alta tasa de evaporación. Estas condiciones climáticas configuran un paisaje de extraordinaria belleza y composición florística, en el que predominan los bosques xerófilos y matorrales espinosos, de gran valor ecológico, vinculados con la cultura, gastronomía  y tradiciones de las comunidades.

La cría extensiva de ovinos y caprinos es una de las principales actividades económicas de las familias rurales del árido y semiárido venezolano. Las plantas forrajeras nativas constituyen la principal fuente de nutrientes para los animales en pastoreo (2-8).

La biodiversidad forrajera, también proporciona alimento, protección y hábitats para la fauna silvestre y otras formas de vida, y una amplia variedad de servicios ecosistémicos tanto para las personas que habitan en las comunidades rurales (leña, madera, medicina natural), como para los visitantes (deportes, avistamiento de fauna, fiestas tradicionales, etc.)

      Por otra parte, en los territorios áridos y semiáridos de Venezuela, la intervención  antrópica ha sido causa de intensa degradación de suelos y pérdida de vegetación y hábitats, lo que ha generado la persistencia de ecosistemas con diferente grado de vulnerabilidad y expuestos a la desertificación(10,11).

En los ecosistemas secos, existe una diversidad de plantas que tienen valor ecológico y ambiental único, ya que son especies resilientes; poseen características anatómicas, morfológicas y fisiológicas que le confieren alta capacidad de adaptación a las condiciones particulares de sequía (11). Sin embargo, el  uso inadecuado, en parte por desconocimiento, ha contribuido con la reducción del número de individuos y especies en determinadas áreas. También, la erosión y degradación de suelos perjudica el adecuado desarrollo de estas plantas, afectando su persistencia en la comunidad vegetal. Adicionalmente,  los frágiles ecosistemas áridos y semiáridos del mundo son sensibles a los efectos del calentamiento global y cambio climático, fuertes amenazas para la biodiversidad.

En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) se reconoce “que los países de baja altitud y otros países insulares pequeños, los países con zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, o zonas expuestas a inundaciones, sequía y desertificación, y los países en desarrollo con ecosistemas montañosos frágiles, son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático” (UN, 1992)(12).

El proceso de desertificación a nivel mundial avanza a una tasa significativa. A los diferentes agentes causales naturales y humanos se les suman los atribuidos al cambio climático, y en las zonas áridas y semiáridas, la situación es aún más crítica, por ser estas, de mayor fragilidad y vulnerabilidad (13,14). En Venezuela, la desertificación es un proceso en curso, de modo que el uso racional y la conservación de las plantas persistentes y resistentes a sequía es una estrategia que puede generar impacto positivo y contribuir a reducir tasa de desertificación, principalmente en los territorios secos.  

Desde este espacio, queremos contribuir con promover e impulsar el desarrollo sostenible mediante la aplicación de  las buenas prácticas asociadas con el uso eficiente y protección de la biodiversidad y recursos naturales, y con la recuperación de paisajes en áreas perturbadas y vulnerables del árido y semiárido venezolano.  En este sentido, nuestra contribución está enfocada a la divulgación de conocimientos sobre vegetación forrajera, generados por saberes locales y trabajos de investigación pertenecientes a diferentes instituciones académicas y científicas del país.

Referencias

  1. Matteuci, S. (1986).  Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela. Zonas Áridas Centro de Investigaciones de Zonas Áridas, Universidad Nacional Agraria, La Molina, Lima, Perú. 4:39-48.
  2. Matteuci, S.D. y Colma, A. (1997). Agricultura sostenible y ecosistemas áridos y semiáridos de Venezuela. Interciencia. 22:123-130.
  3. Virgüez, G.T. y Chacón, E. (1997). Especies arbóreas y arbustivas de potencial forrajero del árido y semiárido de Venezuela. Gaceta de Ciencias Veterinarias. 3:15-34
  4. Sánchez, C.M., Gómez, G., Álvarez, M., Daza, H., y Garmendia, J. (2004). Caracterización nutricional de recursos forrajeros caprinos en sistemas extensivos. Arch. Latinoam. Prod. Anim. 2 (Supl. 1): 63-66. http://hdl.handle.net/1807/7075
  5. Padín, C., Nieto, A., Naveda, R., Hernández, S., Colmenares-Arteaga, M. (2013). Identificación de especies forrajeras nativas a partir del diálogo de saberes para alimentación caprina en el semiárido falconiano. Observador del Conocimiento. 1:152-156.
  6. Ponce-Calderón, M.E., Olivo-Garrido, M.L., Ponce-Vásquez, R.A. y Lugo-Díaz, T. (2016). Caracterización florística y fisionómica de los matorrales espinosos del paisaje costero al noroeste del estado Vargas, Venezuela. Terra. 32:13-40.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-70892016000100002&lng=es&tlng=es
  7. Mondragón, A. y Alvarado, H. (2015). Listado florístico preliminar de la Sierra de Baragua, municipio Urdaneta, estado Lara, Venezuela.  Pittieria. 39: 91-106 http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/40564
  8. Moratinos López, P., Perdomo Carrillo, D., González de Betancourt, D., y Perea Ganchou, F. (2020). Conocimiento local de arbóreas forrajeras en una comunidad de productores caprinos del estado Trujillo, Venezuela.  Revista De La Facultad De Agronomía De La Universidad Del Zulia. 37: (Suple. 1):139-145.  https://www.produccioncientificaluz.org/index.php/agronomia/article/view/33037
  9. Mogollón, J.P., Rivas, W., Rivas, J.G., y Martínez, A. (2017). Procesos de degradación de suelos asociados a la desertificación en la península de Paraguaná, Venezuela. Ágora De Heterodoxias. 3:94-110.  https://revistas.uclave.org/index.php/agora/article/view/163
  10. Molina, G.Z., Mejía, J.F., Araujo, J.C. y  Palomares, V.A. (2018). Índice de áreas ambientalmente sensibles a la desertificación (IAASD), parroquia San Juan, Mérida, Venezuela. Revista Geográfica Venezolana.  60:378-397 http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/regeoven/article/view/16009.
  11. Bianco, L. y Cenzano, A.M. (2018). Leguminosas nativas: estrategias adaptativas y capacidad para la fijación biológica de nitrógeno. Implicancia ecológica. Idesia (Arica).  36:71-80. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34292018005002601
  12. Naciones Unidas (ONU). (1992). Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Rio de Janeiro.
  13. Huang, J., Ji, M., Xie, Y., Wang, S., He, Y., & Ran, J. (2016). Global semi-arid climate change over last 60 years. Clim Dyn. 46:1131-1150. https://doi.org/10.1007/s00382-015-2636-8
  14. Scholes, R.J. (2020). «The Future of Semi-Arid Regions: A Weak Fabric Unravels». Climate.  8:43. https://doi.org/10.3390/cli8030043

Serie: Biodiversidad forrajera del árido y semiárido venezolano

En esta serie, nuestro principal propósito es divulgar información de interés sobre algunas de las especies de plantas que conforman la biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela. La información y datos de composición química se han obtenido de artículos originales de reconocidos autores y profesionales que han laborado en diversos sectores de las zonas áridas y semiáridas de Venezuela y en otras regiones del mundo. Otros datos de composición química fueron obtenidos de análisis realizados en el Laboratorio de Nutrición Animal del Decanato de Cs. Veterinarias de la UCLA, Venezuela.

Regularmente compartiremos un poster descargable con la información más relevante de cada especie forrajera de la cual se tengan publicaciones y datos disponibles. Igualmente, incluiremos una lista de referencias bibliográficas con el fin de que los interesados puedan ampliar sus conocimientos sobre este fascinante tema.

Con respecto a los nombres científicos de las especies de plantas, en algunos casos, tienen más de un nombre. De ser el caso, agradecemos que algún experto nos haga la respectiva notificación del nombre correcto y haremos la debida corrección. En relación con los nombres comunes, generalmente, varían de acuerdo con las localidades, de modo que tratamos de incluir la mayor cantidad de nombres conocidos.

Especial reconocimiento a todos los profesionales que han dedicado su tiempo y esfuerzo en realizar evaluaciones, a las comunidades e instituciones que han apoyado el trabajo de los profesionales, y a los estimados lectores por dedicar tiempo para leer y compartir nuestro trabajo, hecho con mucho respeto y consideración.

Alguna persona o institución que tenga a bien colaborar y apoyar nuestro trabajo será bienvenida. Escríbenos a: paeducave@gmail.com

Nos encontramos en la siguiente entrega…