Categoría: Educación

Bourreria cumanensis (Loefl.) O.E. Schulz: Especie de interés forrajero

Bourreria cumanensis (Loefl.) O.E. Schulz: Especie de interés forrajero

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Del género Bourreria, la especie Bourreria cumanensis se reporta creciendo en ecosistemas de zonas secas de Venezuela. Algunos estudios destacan su importancia como recurso forrajero para los sistemas de producción con rumiantes establecidos en territorios de bosque seco tropical.

En esta publicación haremos énfasis en las principales características que denotan el potencial forrajero de los árboles de B. cumanensis, en especial, para las zonas áridas y semiáridas de Venezuela. También destacaremos su valor como especie multipropósito y algunos beneficios ecosistémicos.

Taxonomía y distribución geográfica en Venezuela

La especie Bourreria cumanensis (Loefl.) O.E. Schulz, pertenece a la familia Boraginaceae (1-3).

Sinonimia:

Bourreria exsucca (L). Jacq.

Bourreria cumanensis var. kunthiana O.E. Schulz

Bourreria cumanensis (Loefl.) Gürke

Rhamnus cumanensis Loefl.

Bourreria cumanensis es una especie nativa de Venezuela, Colombia y Trinidad-Tobago (4). Se considera la única especie del género Bourreria en Venezuela (2).

De nombre común se mencionan varios: guatacaro, flor de ángel, flor blanca, guatacare, guatacare negro, sajarito, uvito macho (1,2).

En Venezuela, las plantas de B. cumanensis se consiguen en áreas de bosque seco tropical, bosque espinoso tropical y premontano, bosque muy seco tropical y bosque muy seco premontano, formaciones boscosas densas, bosques deciduos estacionales, bosques caducifolios, matorrales y arbustales xerófilos, localizados en la zona norte, llanos centrales, llanos orientales, zonas semiáridas de los estados Lara, Zulia, Falcón e islas del caribe, y estados Bolívar, Delta Amacuro, Sucre y Monagas (1,2,5-15).

En las zonas semiáridas y bosques secos, generalmente, crece en forma de arbustos o pequeños árboles (16,17).

Aunque es una planta autóctona resiliente y relevante para la funcionalidad de los ecosistemas, hace falta mayor información respecto a sus características de adaptación y uso. Pero dado que su presencia en zonas secas está registrada y se ha observado ser consumida por animales rumiantes, se considera una especie de interés forrajero. 

Ramas jóvenes, frutos y flores secas de Bourreria cumanensis.

Sus hermosas y fragantes flores y la particular forma de los frutos y semillas aportan belleza y armonía a los entornos naturales donde se encuentre.

Flores de Bourreria cumanensis.

Semillas de Bourreria cumanensis.

Algunas características de interés forrajero de los árboles de Bourreria cumanensis

En varios estudios de diversidad florística y funcional desarrollados en determinados sectores localizados en ecosistemas secos de Venezuela, se indican que la especie B. cumanensis es parte importante de la dieta de animales rumiantes en condiciones de pastoreo extensivo o semi-intensivo, en particular, en áreas de bosques tanto intervenidos como no intervenidos (18-26).

Por ejemplo, en ciertas zonas áridas y semiáridas de los estados Zulia, Lara y Falcón, las hojas y tallos tiernos de la especie Bourreria cumanensis son un importante recurso forrajero y fuente de nutrientes para caprinos en condiciones de pastoreo extensivo (18,19,25).

De manera similar, para las condiciones de bosques de los Llanos Centrales de Venezuela se describe como una especie de alta preferencia animal, buena producción de materia seca  y capacidad para la recuperación a la poda, además de un alto valor de pastoreo para sistemas silvopastoriles (20,21,24,26) .

En relación a su valor nutritivo para animales rumiantes, en la Tabla 1 se muestran algunos datos de composición química.

Uno de los atributos nutricionales más significativos es la concentración de proteína. En hojas, la PC puede estar en un rango comprendido entre 11 y 24 por ciento. Valores estos, que están relacionados con diferentes factores.

Entre otros, la época, la localidad y la edad de la planta, influyen tanto en la producción de biomasa como en su valor nutritivo.  

Generalmente, en áreas de bosques y plantas de porte alto, las partes comestibles forman parte de la hojarasca en mantillo del suelo y de allí son consumidas por los animales.

En el forraje también es importante considerar la presencia de metabolitos secundarios. Principalmente, se han detectado fenoles, taninos condensados y compuestos cianogénicos (29), que se deben considerar al momento de incluir este tipo de forraje en la ración y tener las debidas precauciones para evitar efectos indeseables en el rebaño.

Las ramas jóvenes o tallos tiernos, las hojas tanto verdes como secas y las flores son fuentes de nutrientes para los animales, por lo que esta especie, Bourreria cumanensis, representa un recurso forrajero alternativo, especialmente para zonas áridas y semiáridas de Venezuela.

Otros usos y beneficios ecosistémicos de los árboles de Bourreria cumanensis

Además de biomasa forrajera, los árboles de Bourreria cumanensis proporcionan otros beneficios ecosistémicos igualmente importantes para la comunidades y para los ecosistemas (2,7,18,30). Entre ellos, se destacan los siguientes:

  • Madera, apreciada para la elaboración de carbón, construcción de viviendas, leña.
  • Árbol ornamental de hermosas flores, que también brinda sombra y armonía en los espacios naturales.
  • Alimento, hábitat y refugio para aves, polinizadores y otras especies de fauna silvestre
  • Poseen características favorables para ser incluidos en sistemas silvopastoriles, reforestación y restauración de áreas degradadas.
  • La hojarasca conformada por material seco y muerto contribuye con el reciclaje de nutrientes y la fertilidad del suelo.
  • Absorción de CO2 y almacenamiento de carbono en la biomasa, importante para la reducción de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
  • Algunos compuestos químicos poseen propiedades de interés farmacológico.

Consideraciones finales

Bourreria cumanensis es una especie autóctona, resiliente y persistente en zonas secas de Venezuela, que contribuye con la funcionalidad de los ecosistemas y representa una alternativa de alimentación para animales rumiantes en sistemas a pastoreo. 

En Venezuela, su uso como planta forrajera y de apreciado valor maderero amerita más estudios en en los que se aborde de manera integral la reproducción, establecimiento y el manejo eficiente y sostenible de la especie, siempre teniendo en cuenta la participación de equipos profesionales multidisciplinarios en conjunto con las comunidades.

Referencias

1-Aymard, G.A. (2017). Biollania (Edic. Esp.). 15: 1-296.

2-León H.W. (2020). Publicación Especial N° 2. Pg. 50 http://www.saber.ula.ve/pittieria/

3-WFO. (2024): Bourreria cumanensis var. kunthiana O.E.Schulz. Published on the Internet. http://www.worldfloraonline.org/taxon/wfo-0000569952

4-POWO. (2024. Plants of the World Online. Royal Botanical Gardens Kew Science. https://powo.science.kew.org/taxon/urn:lsid:ipni.org:names:113665-1

5-Matteucci, S.D. (1987). Vegetatio. 70: 67-91. https://doi.org/10.1007/BF00041474

6-Matteuci, S.D. & Colma, A. (1997). Interciencia.  22(3):123-130. http://www.interciencia.org.ve:

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8-González Boscán, V. 199. Bosques secos. En: Biodiversidad en Venezuela. Capítulo 45. P. 734-744.

9-Vera, A. et al. (2005). Multiciencias. 5(2): 140-149.  https://produccioncientificaluz.org/index.php/multiciencias/article/view/19814

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17-Bello Pulido, J. et al. (2016). Saber (UDO). 28(3): 523-535. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=427750771009

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21-Pizzani, P. et al. (2005). Revista Científica (LUZ).  XV (1): 20-26. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=95915104

22-Valero, J. et al. (2005). Zootecnia Trop. 23(2): 121-139 http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692005000200003&lng=es&tlng=es.

23-Domínguez, C.E. et al. (2008). En: V Congreso de Agroforestería para la Producción Pecuaria Sostenible. Foro: Respuesta animal en sistemas agrosilvopastoriles. UNELLEZ. IDESSA.

24-Rengifo, Z. et al. (2008). Zootecnia Trop. 26(3): 207-210. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692008000300009&lng=es&tlng=es.

25-Colmenares-Arteaga, M. et al. (2013). Observador del Conocimiento. 1(1),152-156.

26-Soler, P.E. et al. (2014). Rev. Fac. Agron. (UCV) 40 (2): 51-57. http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_agro/article/view/8058

27-Márquez-Araque, A.T. (1999). Proyecto de extensión “Alimentación de ovinos y caprinos se zonas áridas y semiáridas del Estado Lara. Venezuela”. Laboratorio de Nutrición Animal. DCV, UCLA. Venezuela.

28-Baldizán, A. y E. Chacón. (2006). Utilización del recurso bosque de los llanos centrales con rumiantes. En: Recursos Agroalimentarios. 79-109

29-Baldizán, A. et al. (2006). Zootecnia Trop. 24(3): 213-232. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692006000300003

30-Bello Pulido, J. (2017). Saber, UDO. Venezuela. 29: 326-339. http://saber.udo.edu.ve/index.php/saber/article/view/2660

Imagenes de: AT Márquez-Araque. Municipio Iribarren, estado Lara. Venezuela

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Especies de interés forrajero incluidas en el género Bauhinia sens. strict.

Especies de interés forrajero incluidas en el género Bauhinia sens. strict.

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Las especies forrajeras del género Bauhinia representan importantes recursos alimenticios para rumiantes en sistemas de producción de zonas secas. Los árboles poseen características adecuadas para ser utilizados en sistemas silvopastoriles, para la recuperación de áreas degradadas y protección de zonas áridas y semiáridas contra procesos de erosión y desertificación. En esta publicación destacaremos algunas características importantes de plantas con potencial forrajero incluidas en el género Bauhinia.

Especies con potencial forrajero incluidas en el género Bauhinia.

El género Bauhinia L. (sens. strict.) es un género pantropical nativo de Asia incluido en la familia Fabaceae. En el mundo se reconoce la existencia de más de 600 especies, entre árboles, arbustos y lianas o bejucos (1-4).

En Venezuela, los arboles de Bauhinia con potencial forrajero se encuentran distribuidos en casi todo el país. Crecen en una gran variedad de hábitats, que incluye bosques de galería, bosques siempreverdes, bosques caducifolios y brevicaducifolios, lajas y sabanas, asentamientos humanos, parques y avenidas en espacios urbanos (3,6). Algunas especies son multipropósito y poseen características deseables para ser utilizadas como fuentes de forraje en raciones para animales rumiantes.

A continuación destacaremos algunas características importantes sobre las principales especies del género Bauhinia con potencial forrajero útiles para los sistemas de producción con rumiantes asentados en zonas secas de Venezuela.

Las plantas del género Bauhinia se destacan por sus hermosas flores de tonalidades violeta a purpura con un particular parecido a las orquídeas. Esta característica las hace atractivas para uso ornamental. Con frecuencia se observan en parques y avenidas de espacios urbanos.

Las especies arbóreas o arbustivas de Bauhinia pueden alcanzar entre 3 y 10 m de altura (6).

Las especies reportadas para Venezuela se listan en la Tabla 1. Comúnmente, se les conoce con el nombre “Pata de vaca” o “Casco de vaca”; denominación que se debe a la particular forma bilobulada de las hojas, semejante a las pezuñas de los bóvidos.

Algunas de las especies mencionadas son multipropósito y se caracterizan por tener buena adaptación a variadas condiciones climáticas y edáficas (11), atributo de gran importancia para el establecimiento y producción de biomasa forrajera.

Características nutricionales de algunas especies del género Bauhinia con potencial forrajero

Varios estudios de composición química y digestibilidad de forraje de Bauhinia realizados en algunos países de América Latina muestran un interesante grupo de atributos favorables (Tabla 2), los cuales indican el potencial de este grupo de plantas para ser utilizadas como recurso alimenticio en los sistema de producción con rumiantes (8,12-24).

Además de nutrientes, en la biomasa forrajera de algunas especies del género Bauhinia se han detectados diversos metabolitos secundarios, entre los que se destacan fenoles, flavonoides, taninos, terpenos, cumarinas, saponinas, esteroides e inhibidores de tripsina (14,15,20,21,25-27). Este grupo de sustancias, dependiendo de la concentración en la ración, pueden tener impacto sobre el metabolismo ruminal o salud del animal. Por ejemplo, los taninos podrían ejercer efectos favorables en mejorar la eficiencia metabólica ruminal y reducir la producción de metano (24,27). Sin embargo, conviene tener presente las implicaciones derivadas de las interacciones de los metabolitos secundarios con los nutrientes y el animal y tomar las precauciones necesarias cuando se incluya en la ración.

Tanto la concentración de nutrientes como de metabolitos secundarios es variable y se relaciona con diferentes factores, tales como la especie, localidad, edad del forraje o fase fenológica  y la parte de la planta considerada en el análisis.

Adicional a la provisión de forraje, el género Bauhinia proporcionan otros beneficios ecosistémicos(28), entre los que incluyen:

  • Provisión de madera para diversos usos.
  • Fuente de gomas y taninos para uso industrial y compuestos para uso farmacológico.
  • Planta ornamental.
  • Utilidad para proporcionar sombra, construcción de cercas vivas o barreras contra viento.
  • Hábitat, alimento y refugio para aves, polinizadores y otras especies de fauna silvestre. 
  • Fijación de nitrógeno al suelo

Consideraciones finales

Las plantas de Bauhinia poseen características de adaptación a zonas secas. Las especies mencionadas son una buena fuente de forraje para rumiantes, especialmente en los sistemas de producción establecidos en zonas semiáridas, en los que se requiere vegetación persistente en las particulares condiciones edáficas y climáticas de los territorios con déficit hídrico.

Por su potencial forrajero y atributos particulares de adaptación, se sugiere considerar a los árboles de Bauhinia para ser incorporados en sistemas silvopastoriles, para la recuperación de áreas degradadas y protección de zonas áridas y semiáridas contra procesos de erosión y desertificación.

En Venezuela el uso de plantas forrajeras del género Bauhinia requiere mayor investigación. Es pertinente realizar estudios que conlleven al desarrollo de adecuadas prácticas de implementación y manejo integrado de las especies en los sistemas de producción con rumiantes. Todo esto con el fin de que se aproveche de modo eficiente y sostenible todos los beneficios como forraje y demás servicios económicos y ambientales o ecosistémicos.

Referencias

1-Larson, S.S. (1974). Grana. 14:114-131.

2-Lewis, G.P. and Forest, F. (2005). Tribe Cercideae. En: Lewis, G., B. Schrire, B. Mackinder & M. Lock (Eds.). Legumes of the World. 59-67.

3-Hokche, O. (2007). Rev. Fav. Agron. (LUZ). 24 Supl. 1: 178-182.

4-Torres-Colín et al. (2009). Rev. Mex. Bio. 80(2): 293-301.

5-Hernández Peña, C. y J.R. Lozada. (2015). Pittieria. 41:102-133.

6-Aymard, G.A. (2017). Biollania (Edic. Esp.). 15: 1-296.

7-WFO. (2023). World Flora Online. http://www.worldfloraonline.org/taxon/;

8-Virgüez, G. y E. Chacón. (1998).Gaceta de Ciencias Veterinarias, Año 3(1), 15-34.

 9-García et al. (2008). Archivos de Zootecnia. 57(220): 403-413; http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=49515034002

10- Mondragón, A., H. Alvarado. (2015). Pittieria 39: 91-106. http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/40564

11-Menezes Filho et al. (2020). Revista Cubana de Farmacia. 53(3); http://www.revfarmacia.sld.cu/index.php/far/article/view/434/360

12-Delgado et al. (2002). Revista Cubana de Ciencia Agrícola. 36 (4): 391-395; http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=193018080013

13-Cáceres et al. ( 2003). Pastos y Forrajes. 26(3): 243-246.

14-Pinto et al. (2004). Avances en Investigación Agropecuaria. 8 (2): 53-67.

15-Medina et al. (2008). Zootecnia Tropical. 26(3): 201-205.

16-Tasse, A.M. and A. Parakkasi. (2021). Advances in Biological Sciences Research. 20:226-229.

17-Tasse, A.M. and W. Kurniawan. (2021). IOP Conference Series: Earth and Enviromental Science. 788  012049.

18-García et al. (2009). Zootecnia Trop. 27(3): 221-232; http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692009000300001&lng=es&tlng=es.

19-Roa, M. & M.J. Muñoz. (2012). Revista MVZ Córdoba. 17(1): 2900-2907.

20-Cab-Jiménez et al. (2015). Rev. Mex. Ciencias Agrícolas. 6(spe11), 2199-2204; https://doi.org/10.29312/remexca.v0i11.798

21-Gómez-Galindo et al. (2017). Agricultura Sociedad y Desarrollo. 14: 617-634. 

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23-Toral-Pérez et al. (2019). Avances en Investigación Agropecuaria.  23(3): 41-54.

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25-Sierra Hernández et al. (2018). Rev. Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas. 1(30): 100-113. 

26-Yusiati et al. (2018). IOP Conference Series: Earth and Environmental Science. 119. 012007.

27-Oliveira et al. (2022). Biochemical Systematics and Ecology. 100, 104359.

28-Orwa et al. (2009). Agroforestree Database.  http://www.worldagroforestry.org/af/treedb/

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Nos encontramos en la siguiente entrega.

Árboles de interés forrajero incluidos en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea   

Árboles de interés forrajero incluidos en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea  

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

En Venezuela, dentro de la gran biodiversidad vegetal se encuentran especies de interés forrajero incluidas en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea, Pseudosamanea, las cuales poseen características de adaptación idóneas para desarrollarse en condiciones adversas; particulamente, se recomiendan para sistemas de producción establecidos en territorios con déficit hídrico. Estos cuatro géneros relacionados pertenecen a la familia Fabaceae (Leguminosae)(1,2). Por la diversidad de usos y beneficios que proveen tienen importancia social, ecológica, económica y ambiental. Entre sus múltiples beneficios se destacan la provisión de sombra en cafetales y potreros, madera para diversos usos y productos de uso industrial. Adicionalmente, los árboles actúan como estabilizadores de suelos; en asociación con bacterias específicas fijan nitrógeno al suelo; y proporcionan forraje de buen valor nutritivo para animales rumiantes.

En esta entrada destacaremos las principales especies de interés forrajero para zonas secas incluidas en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea, Pseudosamanea.

De este grupo, las especies de mayor interés encontradas en Venezuela se listan en la Tabla 1. Se les halla creciendo en variados ecosistemas, incluyendo bosques húmedos y bosques secos (2,3), parques y avenidas de espacios urbanos de zonas áridas y semiáridas (4,5), en los llanos occidentales bajos y en la región oriental (3,6).

1.  Género: Albizia Durazz. 1772

Albizia Durazz es un género pantropical, distribuido en las regiones tropicales y subtropicales del mundo; contiene especies de importancia ecológica, económica y social (1,7).

Especies en Venezuela

Albizia barinensis L. Cárdenas & H. Rodríguez

A. barinensis es un especie nativa de Venezuela. Se distribuye en áreas de bosques caducifolios de los estados Anzoátegui, Barinas, Portuguesa, Bolívar, Sucre y Táchira (2,8). Los árboles pueden alcanzar entre 6 y 20 m de altura. En algunos territorios se encuentran creciendo en potreros y terrenos de pastoreo como árbol de sombra.  De esta especie de Albizia se tiene poca información, pero de acuerdo con el Libro Rojo de la Flora Venezolana es una especie amenazada, inculida en el grupo de plantas que están en condición “Vulnerable”. Ha sido fuertemente afectada por procesos de deforestación, asociados principalmente con actividades agropecuarias y urbanísticas (9,10).

Albizia lebbek (L.) Benth

Albizia lebbek (L.) Benth es una especie nativa de Asia, pero se le consigue naturalizada y ampliamente distribuida en diferentes ecosistemas tropicales y subtropicales (1). Los árboles pueden alcanzar entre 3 y 15 m de altura. En Venezuela se distribuye en una gran parte del país, y ha sido considerada “especie invasora” (11,12).

Entre sus principales características están: es resistente a sequía; posee buena capacidad de propagación, adaptación  y establecimiento en diversas condiciones climáticas y edáficas; y recomendada para diversos usos (13-17).

En comunidades vegetales de zonas áridas y semiáridas de Venezuela, la especie Albizia lebbeck no está muy extendida. Sin embargo, es común encontrar plantas creciendo en parques y avenidas de Maracaibo (4,5,17) y Barquisimeto (Observaciones personales), lo cual indica su adaptación a las condiciones de los ecosistemas semiáridos.

Los árboles de A. lebbeck proporcionan los siguientes beneficios:   

  • Provisión de madera para diversos usos.
  • Planta ornamental.
  • Producción de exudados gomoso con características químicas adecuadas para diversas aplicaciones industriales.
  • En sistemas de producción con rumiantes, tiene utilidad para la proporcionar sombra y fijar nitrógeno al suelo; en la construcción de cercas vivas o barreras contra viento; y para la producción de biomasa forrajera de buen valor nutritivo.

Varios estudios de la biomasa forrajera de Albizia lebbeck destacan el valor nutricional, y le confiere méritos para ser incorporada y utilizada en los sistemas de producción con rumiantes, ya sea como banco de proteína, forraje ensilado o árboles integrados en sistemas silvopastoriles (19-25). Además, se ha encontrado que este forraje podrían favorecer una mejor función ruminal y contribuir con la reducción de la síntesis de metano, efectos importantes para la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (19,26,27).

La concentración de proteína del follaje de A. lebbeck es variable (Tabla 2). Está relacionada con diferentes factores, entre ellos, la localización geográfica, parte de la planta, fase fenológica y la época. De acuerdo con varios estudios, la concentración de PC en el follaje varía entre 15,96 y 24,0 %, y en las semillas, el porcentaje de proteína es mayor; por lo tanto, esta fracción constituye un indicador del potencial de esta planta para ser utilizada como suplemento en raciones para rumiantes.

Albizia niopioides (Benth.) Burkart

Albizia niopoides en floración (Barquisimeto, Venezuela)

De esta especie, en Venezuela se destacan: Albizia niopoides var. niopoides y Albizia niopoides var. colombiana.

Albizia niopoides var. Niopoides es nativa de América Latina. El nombre común varía de acuerdo con el país o región. En Venezuela se le conoce con los nombres de Carabalí, Hueso de Pescado o Caracolí. Los árboles pueden alcanzar hasta 35 m de altura, y se consiguen en bosques caducifolios y brevicaducifolios de los estados Apure, Barinas, Cojedes, Guárico Monagas, Portuguesa, Lara,Táchira, Aragua, Distrito Capital, Falcón y Miranda (2,28,29). Por su parte, Albizia niopoides var. colombiana, solo se ha reportado en algunos sectores de bosques deciduos y semideciduos del estado Zulia (9,30-32).

Albizia niopoides (Barquisimeto, estado Lara. Venezuela)

La denominación “Hueso de pescado” se debe a que las hojas de esta especie están compuestas por hojuelas diminutas que le dan el aspecto de un esqueleto de pescado (2).

Vainas secas y semillas de A. niopoides

En Venezuela, el uso o potencial uso de esta especie permanece poco documentado. Sin embargo, a nivel de la región latinoamericana se reconoce como especie multipropósito de importancia ecológica, resistente a sequía y fuego, de la cual se obtienen diversos beneficios (7,30,33-35). Entre los beneficios adicionales al forraje, A. niopoides proporciona los siguientes:

  • Madera para diversos usos.
  • Los árboles proporcionan sombra en cafetales y potreros, hábitat y refugio para aves y otras especies de fauna silvestre y polinizadores.
  • En áreas urbanas tiene uso ornamental.
  • Capacidad para fijar nitrógeno y mejorar las características del suelo.
  • Produce exudados gomosos para uso industrial.

El forraje de A. niopoides es consumido por bovinos, ovinos y caprinos (16,21,36). De acuerdo con los resultados de algunos estudios, la concentración de proteína del follaje varía entre 17 y 22 %. Sin embargo, la digestibilidad observada en estos casos fue baja (Tabla 2).

Según el Libro Rojo de la Flora Venezolana, A. niopoides es una especie en condición de “Vulnerable”, que enfrenta fuertes amenazas relacionadas con la pérdida de hábitats por actividades agrícolas e intensa explotación para uso de la madera (9,10)

Las especies, Albizia barinensis L. Cárdenas & H. Rodríguez, Albizia lebbek (L.) Benth y Albizia niopioides (Benth.) Burkart se consideran multipropósito, con potencial forrajero para sistemas de producción ganadero establecidos en territorios secos. Estas especies pueden ser útiles en sistemas silvopastoriles, para recuperación de áreas degradadas y para la protección contra procesos de erosión y desertificación. Sin embargo, es necesario la realización de estudios que conlleven al desarrollo de adecuadas prácticas de implementación y manejo integrado, de manera tal que su uso sea eficiente y sostenible.

2. Género: Enterolobium Mart. 1837

Especie: Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.

En Venezuela, al Enterolobium cyclocarpum se le conoce con el nombre de Caro caro. Es un árbol que puede alcanzar hasta 30 m de altura. Se reporta en bosques caducifolios y cerca de asentamientos humanos. Se distribuye en casi todo el país, con mayor representación en los estados Anzoátegui, Apure, Barinas  Cojedes, Guárico, Portuguesa, Táchira, Lara, Trujillo, Zulia, Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Falcón, Miranda, Monagas, Nueva Esparta y Yaracuy (2).

Es común su uso como árbol de sombra en potreros, pero tanto el follaje como los frutos poseen buen valor nutritivo para animales rumiantes.

Árbol, follaje, flores y vainas verdes de Enterolobium cyclocarpum

Varios estudios de composición química muestran que tanto el follaje como las vainas y semillas de E. cyclocarpum  poseen características nutricionales de interés para los rumiantes (38-50). La concentración de proteína y fibra varían de acuerdo con la parte comestible, la edad o fase fenológica del forraje, la época, la localidad, entre otros factores (Tabla 3).

Por su parte, las semillas presentan una cubierta dura que dificulta su degradación, y generalmente son excretadas intactas en las heces, por lo que para un mejor aprovechamiento de este recurso conviene suministrar las vainas molidas. También, se han detectado metabolitos secundarios, entre ellos, fenoles, taninos, saponinas, esteroides e inhibidores de tripsina, los cuales, dependiendo de la concentración en la ración, pudieran tener algún impacto sobre el metabolismo ruminal o salud del animal.

Vainas secas y semillas de Enterolobium cyclocarpum

Adicionalmente, E. cyclocarpum proporciona otros beneficios ecosistémicos (1,44,51-54). Entre ellos se destacan los siguientes:

  • Madera para diversos usos.
  • Favorece el control de la erosión y la fertilidad del suelo a través de la fijación de nitrógeno y fósforo.
  • Sombra en potreros.
  • De los tallos se obtiene goma apropiada para uso en diversas aplicaciones industriales.

Es una especie, que al igual que las anteriores resulta atractiva para la restauración de tierras degradadas y para ser incluida en sistemas silvopastoriles

3. Género: Samanea (Benth .) Merr. 1916

Especie: Samanea saman (Jacq.) Merr.

Árbol de Samanea saman en floración

La especie Samanea saman (Jacq.) Merr. es nativa de América Central y norte de América del Sur (1,2). Entre otros, en Venezuela se le conoce con los nombres de Algarrobo, Samán, Dormilón, Árbol de lluvia. Se distribuye en áreas de bosques caducifolios, bosques siempreverdes, bosques de galería, bosques secos, sabanas y zonas urbanas (2,3,10). Es una especie de importancia económica y ambiental debido a la diversidad de beneficios o servicios ecosistémicos que proporciona. Los árboles puede alcanzar hasta 45 m de altura, y su copa es amplia y dispersa en forma de sombrilla. Se cultiva como árbol de sombra, forraje y ornamental (2,3,55-57).

Flores y vainas verdes y secas de Samanea saman

Varios estudios indican que tanto el follaje como los frutos de Samán poseen buen valor nutritivo para animales rumiantes (40,41,58-66), y pueden favorecer la reducción de la síntesis de metano en el rumen (67,68). Los frutos se destacan por contener alta concentración de azúcares, lo que favorece su palatabilidad y consumo.

Datos de composición química muestran que las concentraciones de proteína y  fibra varían según diferentes factores, como la localidad, la edad del forraje o fase fenológica y parte de la planta. Los frutos y las vainas generalmente poseen mayor concentración de proteína y mayor digestibilidad (Tabla 4).

También, se indica la presencia de metabolitos secundarios, entre ellos: alcaloides, taninos condensados, saponinas y glucósidos. Estos metabolitos, dependiendo de la concentración en la ración o nivel de consumo, podrían causar efectos adversos. En caso de incorporar en la ración follaje o frutos de Samán conviene tomar precauciones.  

Vainas secas y semillas de Samanea saman

Los árboles de Samán proporcionan otros beneficios (17,53,55,69-71), los cuales también tienen importancia para los sistemas de producción animal; a saber:

  • Fijación de nitrógeno al suelo.
  • Sombra para los animales.  
  • Madera de alto valor comercial.
  • Hábitat y refugio de fauna silvestre.
  • Producción de gomas para uso industrial.

Al igual que las especies anteriores, el Samán es de interés forrajero para zonas secas y con atributos para ser incluido en sistemas silvopastoriles.

Actualmente, la especie Samanea saman enfrenta amenazas relacionadas con la intensiva explotación madera y reducción de hábitats. Este último, se asocia con actividades agropecuarias y crecimiento urbanístico. En este sentido, se le ubica en el grupo de especies en la condición “Vulnerable” (9,10).

 

Samanea saman (Sarare, estado Lara. Venezuela)

4. Género: Pseudosamanea Hanns 1930

Especie: Pseudosamanea guachapele (Kunth) Harms

La especie Pseudosamanea guachapele se distribuye desde el sur de México hasta Panamá, y en Suramérica se encuentra en Colombia, Venezuela y Ecuador (1,2,3,9). En Venezuela se le conoce con los nombres de Clavellino, Guacha, Masaguaro, Samanigua, Samán masaguaro, Tabaca (2). Los árboles pueden alcanzar hasta los 25 m de altura, y se les encuentra en bosques de galería, bosques húmedos, bosques caducifolios y matorrales (2,3,9,72,73).

Es también una especie multipropósito con capacidad de buena adaptación a condiciones adversas. Generalmente, en fincas ganaderas se usa como árbol de sombra en potreros, y en algunos casos como planta forrajera.

Árbol, flores y vainas verdes de Pseudosamanea guachapele

En Venezuela, su uso como planta forrajera está poco documentado. Sin embargo, algunas experiencias de otros países indican que el forraje de esta leguminosa arbórea posee buen valor nutritivo para animales rumiantes (36,74-79).

De acuerdo con los estudios mencionados, la concentración de proteína en el forraje pueden estar entre 17 y 24% (Tabla 5). También, en el forraje de esta especie se encuentran presentes, en cantidades variables, los metabolitos: taninos, fenoles y saponinas.

Así mismo, se considera que los árboles son adecuados para ser incluidos en sistemas silvopastoriles de zonas secas (80,81).

Vainas secas y semillas de Pseudosamanea guachapele

Pseudosamanea guachapele es una especie de interés forrajero y ambiental para zonas secas de Venezuela, pero amerita que se realicen estudios que conlleven a desarrollar buenas prácticas para el uso sostenible de la especie.

Pseudosamanea guachapele

Consideraciones finales

Para finalizar esta entrada, podemos admitir que las especies de Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea referidas anteriormente, representan opciones atractivas para incrementar la oferta forrajera en los sistemas de producción con rumiantes, especialmente para aquellos establecidos en territorios secos, en los que la disponibilidad de gramíneas y otras herbáceas forrajeras se reduce considerablemente durante el periodo de sequía.

Sin embargo, el uso masivo de estas plantas se ve limitado por diferentes factores, entre los que se destacan, la poca información o conocimientos sobre su valor forrajero y manejo agronómico, esto unido a la ausencia de programas o lineamientos a seguir para la implementación de prácticas de uso eficiente de los árboles según sea el propósito.

De manera que se requiere de trabajo integrado multidisciplinario, incentivos y políticas públicas coherentes con las necesidades de los productores y con las estrategias de protección ambiental. Es urgente promover investigaciones, con pertinencia local, que permitan desarrollar “buenas prácticas” para el establecimiento y manejo agronómico de las mencionadas especies, todo esto con el fin de que se aprovechen de modo eficiente y sostenible los beneficios como forraje y demás servicios económicos y ambientales.

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Imagenes de: AT Márquez-Araque. Municipio Iribarren, estado Lara. Venezuela

Ofrecemos actividades dirigidas a la creación y fortalecimiento de capacidades para la producción de alimentos de origen animal.

Todas nuestras actividades de capacitación están concebidas con enfoque sostenible considerando el cambio climático y el bienestar animal.

Si deseas contribuir y apoyar nuestro trabajo comunícate: paeducave@gmail.com

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Día Internacional de la Biodiversidad

Día Internacional de la Biodiversidad

#PorLaNaturaleza

El 20 de diciembre del 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 22 de mayo “Día Internacional de la Diversidad Biológica”.

La creación de este día se da con la finalidad de promover el respeto, la protección y el uso sostenible de la diversidad biológica en todos sus ámbitos y dimensiones.

Desde entonces, el 22 de mayo de cada año, a nivel mundial se celebra el “Día Internacional de la Diversidad Biológica”.

«La conservación de la diversidad biológica es una cuestión de interés común para la humanidad».

Naciones Unidas. A/RES/55/201

En nuestra Comunidad “Producción Animal EDUCA” estamos alineados con la protección y uso sostenible de la biodiversidad en los Agroecosistemas.

Tenemos la tarea de promover la creación y fortalecimiento de capacidades en las personas. De manera que, a través de la divulgación de conocimientos, queremos incentivar la aplicación de acciones y estrategias de producción animal con el menor impacto sobre las diferentes formas de vida existentes en los agroecosistemas.

La salud del planeta Tierra es responsabilidad de todos sus humanos hijos.

Referencia

https://www.un.org/es/observances/biological-diversity-day

Plantas de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.) 

Plantas de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.) 

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Promoviendo el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles. Con «Ciencia» se fortalece la «Conciencia«

Por: Alis Teresa Márquez Araque

En sentido amplio (s.l.), el género «Acacia Mill.» pertenece a la familia Fabacaea (1). En este género se incluyen especies nativas o autóctonas de importancia forrajera que conforman comunidades vegetales, especialmente, importantes para los sistemas de producción con rumiantes de zonas áridas y semiáridas. A través de los saberes y experiencias locales, junto con información obtenida en trabajos de investigación ha sido posible comprobar el consumo por parte de animales rumiantes. Algunos estudios indican que sus partes comestibles poseen buen valor nutritivo, y tienen relevancia como fuentes de nutrientes para los animales. En esta entrada, nos referiremos de manera general a las principales especies de Acacia que tienen importancia forrajera en los ecosistemas áridos y semiáridos de Venezuela.

Principales especies de importancia forrajera incluidas en el género Acacia (s.l.)

En Venezuela, destacados investigadores han realizado estudios de la composición florística de las comunidades vegetales que se encuentran en algunas áreas de las zonas áridas y semiáridas. En las comunidades estudiadas, localizadas en los estados Zulia, Lara, Falcón, Mérida, Sucre y Vargas se da cuenta de la persistencia de un grupo de plantas incluidas en el género Acacia(2-9), las cuales tiene importancia forrajera y constituyen una significativa fuente de nutrientes para los animales en los sistemas de producción a pastoreo, principalmente ovinos y caprinos(10) . Las especies forrajeras del género Acacia persistentes en los ecosistemas secos de Venezuela se presentan en la Tabla 1. 

Las especies A. farnesiana, A. macracantha, A. tamarindifolia y A. tortuosa poseen características anatómicas y morfológicas similares. Por su parte, la especie A. glomerosa presenta algunos rasgos distintivos de las anteriores. A nivel de campo está comprobado el consumo, y durante el tiempo de pastoreo es común observar animales consumiendo follaje, hojas secas, hojas verdes y vainas.  

Este grupo de acacias forrajeras tienen hábitos de crecimiento de tipo arbóreo o arbustivo. De acuerdo con las condiciones ambientales del lugar, pueden alcanzar entre 3 y 12m de altura. Las encontramos creciendo de forma natural, compartiendo hábitats, asociadas o entremezcladas con otras especies, con las que conforma comunidades vegetales propias de los ecosistemas secos, que además de forraje proporcionan variedad de beneficios ecológicos y ambientales. En Venezuela, se distribuyen en áreas de bosques caducifolios, sabanas y matorrales xerófilos espinosos de las zonas áridas y semiáridas (2-9,10,11).

Una característica resaltante de las especies antes mencionadas es su extraordinaria habilidad para resistir prolongados periodos de sequía y, con ello, mantener buena producción de biomasa forrajera durante todo el año. Este atributo es, particularmente, importante para los ovinos y caprinos en sistemas extensivos, en los que la vegetación nativa es la principal fuente de nutrientes para los animales.

Plantas de Acacia sp. en floración

Vainas y semillas

Entre las principales características anatómicas y morfológicas de estas acacias sobresale la presencia de fuertes espinas, dispuestas en un particular entramado.

El Tiamo (Acacia glomerosa)

Características de valor nutritivo de acacias forrajeras

Las hojas verdes o secas, ramas tiernas y flores constituyen las fracciones comestibles. Los caprinos tienen habilidades especiales para evadir el entramado espinoso y consumir las partes de la planta con mejor valor nutritivo.

Respecto al valor nutritivo, resultados de análisis químico indican que las concentraciones de proteína y fibra pueden ser variables, y se relacionan, principalmente, con la parte de planta analizada (Tabla 2).

Otro aspecto significativo de estas plantas y que reviste importancia, es la presencia de metabolitos secundarios; entre ellos, figuran fenoles, taninos, cumarinas y flavonoides. Estos compuestos, dependiendo de la concentración y especie de rumiante, pueden tener efectos adversos sobre el consumo y la digestibilidad de la materia seca y otros nutrientes (16).

Las bondades de estas plantas están representadas por beneficios adicionales a la oferta de forraje, incluidos diversos usos y aplicaciones industriales, y la provisión de servicios ecosistémicos, igualmente importantes para el ambiente y las comunidades. Entre otros, las acacias forrajeras proporcionan los siguientes beneficios:

  • Madera: útil para fabricar postes o estantillos empleados en la construcción de cercas, y como combustible para la cocción de alimentos.
  • Los tallos producen un exudado gomoso, el cual tiene potencial para diversas aplicaciones industriales (16-19).
  • Provisión de sombra y hábitats para especies de polinizadores y especies de fauna silvestre.
  • Son plantas importantes para la protección y mantenimiento de la funcionalidad de los suelos.
Hábitats de avispas y nidos de aves construidos en ramas de Acacia sp.

Importancia de las acacias forrajeras para la fertilidad y protección de suelos y restauración de paisajes en los territorios secos

Además de su capacidad forrajera y resistencia a la sequía, las plantas de esta especie leguminosa favorecen la fertilidad de los suelos.

  • A través de la asociación con bacterias fijadoras, contribuyen con la incorporación de nitrógeno al suelo.
  •  La materia orgánica descompuesta aportan nutrientes.
  • El sistema radicular es coadyuvante para el control de procesos erosivos.
  • La disposición de su tallos y ramas, y la asociación con plantas de otras especies, crean microambientes favorables para el desarrollo de otras formas de vida vegetal y animal. Por ejemplo: hábitats de algunas especies de fauna silvestre, como aves y murciélagos que son dispersores de semillas; también habitan abejas, avispas y aves que actúan como polinizadores. Ambos procesos, dispersión de semillas y polinización son fundamentales para la reproducción y propagación de estas y otras especies vegetales.
  • Así mismo, las condiciones particulares de humedad y temperatura en los estratos bajos de las comunidades vegetales donde abundan estas plantas benefician a la población microbiana y a grupos de insectos que realizan la descomposición de la materia orgánica, proceso vital para el reciclado e incorporación de nutrientes al suelo (20), y la mejora significativa de las condiciones del suelo, eventos que favorecen el desarrollo de algunas gramíneas, como por ejemplo, el pasto Guinea (21).

En general, las acacias forrajeras son plantas de gran utilidad tanto para la provisión de forraje y variedad de servicios ecológicos como para la recuperación de terrenos degradados. Tienen gran relevancia para los ecosistemas perturbados de zonas áridas y semiáridas. Deben ser consideradas en los planes de restauración o recuperación de paisajes, y para el establecimiento de sistemas silvopastoriles.

Referencias

  1. Maslin, B. (2015). Synoptic overview of Acacia sensu lato (Leguminosae: Mimosoideae) in East and Southeast Asia. Gardens’ Bulletin Singapore. 67(01). 231. DOI:10.3850/S2382581215000186
  2. González, E. (1980/81). Bol. Centro Inv. Biol. 14, 83-99
  3. Clemente Hernández, P. et al. (2003). Revista Pittieria. (32), 39-50. http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/26572
  4. Sánchez, A.J., et al. (2004).  Arch. Latinoam. Prod. Anim. 12 (Supl. 1):72-81
  5. Larrea-Alcázar, D., et al. (2008). Ecotrópicos. 21, 97-105.
  6. Vera, A., et al. (2009). Rev. Biol.Trop. 57(1-2), 271-281. http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-77442009000100024&lng=en&tlng=es.
  7. Villarreal,  A., et al. (2014).  Bol. Centro Inv. Biol. 48(1).  https://produccioncientificaluz.org/index.php/boletin/article/view/19049
  8. Ponce-Calderón, M.E., et al. (2016). Rev. Terra Nueva Etapa. 32 (51), 13-40.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-70892016000100002&lng=es&tlng=es
  9. Bello Pulido, J.A. (2020 [2021]). Acta Bot. Venez. (1 y 2), 1-41. http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_abv/article/view/22764
  10. Virgüez, G.T. & Chacón E. (1997). Gaceta de Ciencias Veterinarias, Año 3(1), 15-34.
  11. González Boscán, V. (2003). Bosques seco. En: Biodiversidad en Venezuela. Tomo II. Cap. 45. FONACIT. 734-744 pp.
  12. Pizzani, P., et al. (2006). Rev. Fac. Cs. Veterinarias.   4, 105-113.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0258-65762006000200005&lng=es&tlng=es
  13. Baldizán A. y E. Chacón. (2007). En: Espinoza F. y C. Domínguez (Eds). I Simposio Tecnologías Apropiadas para la Ganadería de los Llanos de Venezuela. INIA. Venezuela. 79- 109. 
  14. Sánchez, C.M., et al. (2004). Arch. Latinoam. Prod. Anim. 2 (Supl.1), 63-66. http://hdl.handle.net/1807/7075
  15. Márquez-Araque, A.T., y  Urdaneta, D. (2000). Proyecto: Alimentación de ovinos y caprinos de zonas áridas y semiáridas del estado Lara.  Laboratorio de Nutrición Animal. DCV-UCLA. Venezuela.
  16. Baldizán, A., et al. (2006). Zoot. Trop. 24(3), 213-232. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-72692006000300003&lng=es&tlng=es
  17. Abed El Kader, D., et al. (2002).  Rev. Fac. Agron. (LUZ). 19, 230-239
  18. Rincón, F., et al. (2008). Rev. Científica. 18(1), 87-92.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-22592008000100013&lng=es&tlng=es.
  19. Reséndiz Flores, N.S., et al. (2016). Rev. Mex. Cien. Agric. 7(spe16), 3251-3261. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-09342016001203251&lng=es&tlng=es
  20. Fernández, A., et al. (2014). Ecología austral. 24(1),103-110.  http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1667-782X2014000100012&lng=es&tlng=es.
  21. Romero Delgado, G., et al. (2021).  Rev. Inv. Vet. Perú. 32(3), e20389. https://doi.org/10.15381/rivep.v32i3.20389

Proteger y conservar la biodiversidad de las zonas áridas y semiáridas son estrategias pertinentes para enfrentar el cambio climático y promover el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles.

Imagenes de: AT Márquez-Araque. Municipio Iribarren, Estado Lara. Venezuela

Ofrecemos actividades dirigidas a la creación y fortalecimiento de capacidades para la producción de alimentos de origen animal.

Todas nuestras actividades de capacitación están concebidas con enfoque sostenible considerando el cambio climático y el bienestar animal.

Si deseas contribuir y apoyar nuestro trabajo comunicate: paeducave@gmail.com

¡Gracias!

Entre flores y colores. Un paseo por un trozo de semiárido larense

Entre flores y colores. Un paseo por un trozo de semiárido larense

2021 – 2030 Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas

La sorprendente vida de los ecosistemas áridos y semiáridos es una permanente fiesta de colores, aromas y sonidos que desafiando las adversidades nos muestran su extraordinaria belleza, y nos invita a disfrutar de sus singulares y hermosas flores.

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Imágenes de AT Márquez Araque. Barquisimeto, Estado Lara. Venezuela

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela ocupan una extensión aproximada de 41.023 km2, distribuidas en: la región costera, desde la Goajira en el occidente, hasta el Golfo de Cariaco en el oriente del país; la altiplanicie de Barquisimeto; las mesas áridas de Los Andes y en las islas caribeñas (1,2).

El clima Seco tropical se caracteriza por alta temperatura, baja precipitación y alta tasa de evaporación. Estas condiciones climáticas configuran un paisaje de extraordinaria belleza y composición florística, en el que predominan los bosques xerófilos y matorrales espinosos, de gran valor ecológico, vinculados con la cultura, gastronomía  y tradiciones de las comunidades.

La cría extensiva de ovinos y caprinos es una de las principales actividades económicas de las familias rurales del árido y semiárido venezolano. Las plantas forrajeras nativas constituyen la principal fuente de nutrientes para los animales en pastoreo (2-8).

La biodiversidad forrajera, también proporciona alimento, protección y hábitats para la fauna silvestre y otras formas de vida, y una amplia variedad de servicios ecosistémicos tanto para las personas que habitan en las comunidades rurales (leña, madera, medicina natural), como para los visitantes (deportes, avistamiento de fauna, fiestas tradicionales, etc.)

      Por otra parte, en los territorios áridos y semiáridos de Venezuela, la intervención  antrópica ha sido causa de intensa degradación de suelos y pérdida de vegetación y hábitats, lo que ha generado la persistencia de ecosistemas con diferente grado de vulnerabilidad y expuestos a la desertificación(10,11).

En los ecosistemas secos, existe una diversidad de plantas que tienen valor ecológico y ambiental único, ya que son especies resilientes; poseen características anatómicas, morfológicas y fisiológicas que le confieren alta capacidad de adaptación a las condiciones particulares de sequía (11). Sin embargo, el  uso inadecuado, en parte por desconocimiento, ha contribuido con la reducción del número de individuos y especies en determinadas áreas. También, la erosión y degradación de suelos perjudica el adecuado desarrollo de estas plantas, afectando su persistencia en la comunidad vegetal. Adicionalmente,  los frágiles ecosistemas áridos y semiáridos del mundo son sensibles a los efectos del calentamiento global y cambio climático, fuertes amenazas para la biodiversidad.

En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) se reconoce “que los países de baja altitud y otros países insulares pequeños, los países con zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, o zonas expuestas a inundaciones, sequía y desertificación, y los países en desarrollo con ecosistemas montañosos frágiles, son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático” (UN, 1992)(12).

El proceso de desertificación a nivel mundial avanza a una tasa significativa. A los diferentes agentes causales naturales y humanos se les suman los atribuidos al cambio climático, y en las zonas áridas y semiáridas, la situación es aún más crítica, por ser estas, de mayor fragilidad y vulnerabilidad (13,14). En Venezuela, la desertificación es un proceso en curso, de modo que el uso racional y la conservación de las plantas persistentes y resistentes a sequía es una estrategia que puede generar impacto positivo y contribuir a reducir tasa de desertificación, principalmente en los territorios secos.  

Desde este espacio, queremos contribuir con promover e impulsar el desarrollo sostenible mediante la aplicación de  las buenas prácticas asociadas con el uso eficiente y protección de la biodiversidad y recursos naturales, y con la recuperación de paisajes en áreas perturbadas y vulnerables del árido y semiárido venezolano.  En este sentido, nuestra contribución está enfocada a la divulgación de conocimientos sobre vegetación forrajera, generados por saberes locales y trabajos de investigación pertenecientes a diferentes instituciones académicas y científicas del país.

Referencias

  1. Matteuci, S. (1986).  Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela. Zonas Áridas Centro de Investigaciones de Zonas Áridas, Universidad Nacional Agraria, La Molina, Lima, Perú. 4:39-48.
  2. Matteuci, S.D. y Colma, A. (1997). Agricultura sostenible y ecosistemas áridos y semiáridos de Venezuela. Interciencia. 22:123-130.
  3. Virgüez, G.T. y Chacón, E. (1997). Especies arbóreas y arbustivas de potencial forrajero del árido y semiárido de Venezuela. Gaceta de Ciencias Veterinarias. 3:15-34
  4. Sánchez, C.M., Gómez, G., Álvarez, M., Daza, H., y Garmendia, J. (2004). Caracterización nutricional de recursos forrajeros caprinos en sistemas extensivos. Arch. Latinoam. Prod. Anim. 2 (Supl. 1): 63-66. http://hdl.handle.net/1807/7075
  5. Padín, C., Nieto, A., Naveda, R., Hernández, S., Colmenares-Arteaga, M. (2013). Identificación de especies forrajeras nativas a partir del diálogo de saberes para alimentación caprina en el semiárido falconiano. Observador del Conocimiento. 1:152-156.
  6. Ponce-Calderón, M.E., Olivo-Garrido, M.L., Ponce-Vásquez, R.A. y Lugo-Díaz, T. (2016). Caracterización florística y fisionómica de los matorrales espinosos del paisaje costero al noroeste del estado Vargas, Venezuela. Terra. 32:13-40.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-70892016000100002&lng=es&tlng=es
  7. Mondragón, A. y Alvarado, H. (2015). Listado florístico preliminar de la Sierra de Baragua, municipio Urdaneta, estado Lara, Venezuela.  Pittieria. 39: 91-106 http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/40564
  8. Moratinos López, P., Perdomo Carrillo, D., González de Betancourt, D., y Perea Ganchou, F. (2020). Conocimiento local de arbóreas forrajeras en una comunidad de productores caprinos del estado Trujillo, Venezuela.  Revista De La Facultad De Agronomía De La Universidad Del Zulia. 37: (Suple. 1):139-145.  https://www.produccioncientificaluz.org/index.php/agronomia/article/view/33037
  9. Mogollón, J.P., Rivas, W., Rivas, J.G., y Martínez, A. (2017). Procesos de degradación de suelos asociados a la desertificación en la península de Paraguaná, Venezuela. Ágora De Heterodoxias. 3:94-110.  https://revistas.uclave.org/index.php/agora/article/view/163
  10. Molina, G.Z., Mejía, J.F., Araujo, J.C. y  Palomares, V.A. (2018). Índice de áreas ambientalmente sensibles a la desertificación (IAASD), parroquia San Juan, Mérida, Venezuela. Revista Geográfica Venezolana.  60:378-397 http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/regeoven/article/view/16009.
  11. Bianco, L. y Cenzano, A.M. (2018). Leguminosas nativas: estrategias adaptativas y capacidad para la fijación biológica de nitrógeno. Implicancia ecológica. Idesia (Arica).  36:71-80. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34292018005002601
  12. Naciones Unidas (ONU). (1992). Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Rio de Janeiro.
  13. Huang, J., Ji, M., Xie, Y., Wang, S., He, Y., & Ran, J. (2016). Global semi-arid climate change over last 60 years. Clim Dyn. 46:1131-1150. https://doi.org/10.1007/s00382-015-2636-8
  14. Scholes, R.J. (2020). «The Future of Semi-Arid Regions: A Weak Fabric Unravels». Climate.  8:43. https://doi.org/10.3390/cli8030043

Serie: Biodiversidad forrajera del árido y semiárido venezolano

En esta serie, nuestro principal propósito es divulgar información de interés sobre algunas de las especies de plantas que conforman la biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela. La información y datos de composición química se han obtenido de artículos originales de reconocidos autores y profesionales que han laborado en diversos sectores de las zonas áridas y semiáridas de Venezuela y en otras regiones del mundo. Otros datos de composición química fueron obtenidos de análisis realizados en el Laboratorio de Nutrición Animal del Decanato de Cs. Veterinarias de la UCLA, Venezuela.

Regularmente compartiremos un poster descargable con la información más relevante de cada especie forrajera de la cual se tengan publicaciones y datos disponibles. Igualmente, incluiremos una lista de referencias bibliográficas con el fin de que los interesados puedan ampliar sus conocimientos sobre este fascinante tema.

Con respecto a los nombres científicos de las especies de plantas, en algunos casos, tienen más de un nombre. De ser el caso, agradecemos que algún experto nos haga la respectiva notificación del nombre correcto y haremos la debida corrección. En relación con los nombres comunes, generalmente, varían de acuerdo con las localidades, de modo que tratamos de incluir la mayor cantidad de nombres conocidos.

Especial reconocimiento a todos los profesionales que han dedicado su tiempo y esfuerzo en realizar evaluaciones, a las comunidades e instituciones que han apoyado el trabajo de los profesionales, y a los estimados lectores por dedicar tiempo para leer y compartir nuestro trabajo, hecho con mucho respeto y consideración.

Alguna persona o institución que tenga a bien colaborar y apoyar nuestro trabajo será bienvenida. Escríbenos a: paeducave@gmail.com

Nos encontramos en la siguiente entrega…

Sistemas de producción con rumiantes y los ODS

Sistemas de producción con rumiantes y los ODS

Por: Alis Teresa Márquez Araque

«El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza» (CEPAL, 2018; p.19).

Los «Sistemas de producción con rumiantes» son esenciales para la seguridad alimentaria y nutricional y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es fundamental y prioritario trabajar en la promoción e impulso de los cambios que se requieren para que el sector agropecuario pueda transitar hacia el desarrollo de sistemas sostenibles.

En septiembre de 2015, los Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Los 17 ODS que forman parte de la Agenda 2030 persiguen el «Desarrollo sostenible» en lo social, económico y ambiental. La ganadería y los ODS están vinculados directa e indirectamente. En este segmento haremos referencia a los ODS que tienen vínculo directo con la ganadería.

Objetivo 1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.

En el mundo existe un gran número de habitantes que podrían superar la pobreza, generar ingresos y mejorar su calidad de vida mediante la actividad productiva en granjas o unidades de producción con caprinos, ovinos, bovinos o bufalinos. En zonas rurales, los sistemas con rumiantes son medios de vida; además de alimentos, proporcionan otros servicios ecosistémicos importantes para la economía familiar (combustible, fertilizantes, transporte, etc.).

Incentivar y mejorar las condiciones sociales y económicas de las familias en las unidades de producción es clave para reducir la pobreza.

Objetivo 2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible

Producción de Alimentos con alto valor nutricional. La leche y carne son productos esenciales para combatir la malnutrición. Poseen proteínas y vitaminas con características únicas que pueden mejorar las dietas y el estado nutricional de las personas, especialmente, niños y adultos mayores.

Los rumiantes no compiten por alimento con los humanos. La unidad “Retículo-Rumen” posee una comunidad microbiana que utiliza forrajes y otros materiales que no pueden ser consumidos por las personas ni por animales no rumiantes.

Los Sistemas de producción con rumiantes son esenciales para la «Seguridad Alimentaria y Nutricional» en el mundo

Objetivo 3. Garantizar una vida sana y el bienestar para todas las personas en todas las edades

Las personas con acceso a alimentos sanos y nutritivos podrán disfrutar de buena salud.  De nuestra parte, tenemos el deber de promover las buenas prácticas que garanticen la salud y bienestar animal. Los animales sanos, libres de enfermedades proporcionan alimentos nutritivos e inocuos con el mínimo riesgo de afectar la salud de los consumidores. Las buenas prácticas sanitarias y de bioseguridad son fundamentales para lograr este objetivo.

“Una sola salud”, es el enfoque multidisciplinario que proporciona las bases y fundamentos para la salud y bienestar en la interfaz “animal-humano-ecosistema”.

Objetivo 5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Las valiosas y aguerridas mujeres rurales tienen la fortaleza, las capacidades y el  interés para desarrollase y progresar en igualdad de condiciones. Es necesario romper con los tradicionales esquemas, eliminar la brecha de género y avanzar hacia el reconocimiento total de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

Las “mujeres rurales” tienen un rol fundamental en la agricultura familiar y en el desarrollo sostenible, pero es urgente promover la educación y capacitación en el sector rural para que las mujeres se apoderen de sus capacidades y tengan las oportunidades de expresar su gran potencial en un ambiente de respeto e igualdad.

Objetivo 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos.

El trabajo más digno y valioso de una persona es el que hace posible que otras personas tengan alimentos disponibles. Los Sistemas con rumiantes ofrecen la oportunidad de generar empleos dignos en las diversas labores agrícolas.

También es importante, que las personas que trabajan en las unidades de producción tengan las condiciones de trabajo y bioseguridad garantizadas, que tengan protección social, económica y sanitaria, y acceso a la capacitación y educación.  

Objetivo 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos

Aparte de la controversia relacionada con la producción de gases de efecto invernadero, los sistemas con rumiantes tienen un alto potencial de mitigación y capacidades para enfrentar las condiciones del clima cambiante.

La aplicación de buenas prácticas de producción son claves para reducir emisiones, mejorar la eficiencia y lograr resiliencia ante el cambio climático y, con todo ello, afrontar el gran reto de producir alimentos para la población mundial con el menor impacto ambiental.

Objetivo 15. Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad

En los sistemas con rumiantes, las buenas prácticas incluyen acciones para la protección y preservación de la biodiversidad y recursos naturales.  

Diversificar los cultivos y la cría de animales; restaurar, proteger o crear áreas de bosques dentro de la unidad de producción; reducir el uso de agroquímicos; evitar la contaminación de suelos y cuerpos de agua, entre otras, son acciones que tiene el propósito de proteger y preservar la vida en los agroecosistemas.

Los ODS son para beneficio de toda la humanidad; por tanto, toda la humanidad tiene la responsabilidad y el compromiso de promover  y ejecutar acciones para lograrlos.

Para lograr el avance de los ODS, en los sistemas de producción con rumiantes es clave la aplicación de «Buenas Prácticas Pecuarias» en todas las áreas y fases de producción.

Educación y capacitación son necesarios para el cambio

Referencias:

Naciones Unidas (NU). 2015. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. A/RES/70/1. Resolución aprobada por la Asamblea General el 25 de septiembre de 2015. 4ª sesión plenaria.

Naciones Unidas (NU). (2018). La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3).  Santiago

FAO. (2019). El sector pecuario en el mundo: Transformando el sector pecuario a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Resumen. Roma. 12 págs. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.

El planeta Tierra y la crisis climática. III. La biodiversidad y los agroecosistemas pecuarios entre amenazas y resistencia

El planeta Tierra y la crisis climática. III. La biodiversidad y los agroecosistemas pecuarios entre amenazas y resistencia

Por Alis Teresa Márquez Araque (©) 2021

El calentamiento global por excesiva acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha forzado el cambio de las condiciones climáticas de la Tierra. Los «humanos», principales causantes …

Avanza el año 2021, la emergencia sanitaria por COVID-19 parece atenuarse por la pronta liberación de vacunas, las cuales irrumpen con fuerza esperanzadora…

Sin embargo, la crisis climática lejos de aminorarse parece cobrar fuerza y muestra un panorama incierto. Durante el año 2020, los indicadores climáticos mundiales (la temperatura de la superficie terrestre y de los océanos, la concentración de gases de efecto invernadero, el nivel y acidez del mar, la extensión del hielo marino y polar) mostraron incrementos significativos en sus valores. El 2020 es uno de los últimos tres años más cálidos que se han registrado (WMO, 2021).

En el presente, las anomalías registradas en los principales indicadores climáticos para enero y febrero 2021, muestran signos del avance indetenible del cambio climático (EU/Copernicus). 

Los sistemas de la Tierra están interrelacionados, y cualquier impacto sobre alguno de ellos, afectará el resto de los sistemas. De modo que, la asociación de eventos climáticos con otros concurrentes de tipo global inducidos por los humanos (incluidos la pérdida de vegetación y suelos fértiles, prácticas agrícolas no adecuadas, acumulación de desechos, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, entre otros) tienen y tendrán impactos considerables en la dinámica biológica de los ecosistemas terrestres y marinos (1,2), comprometiendo aun más la capacidad de regeneración y estabilidad natural. Por lo tanto, se deja ver un escenario de mayores riesgos sobre la salud humana, animal y ambiental, la biodiversidad y sistemas agroalimentarios en general.

La severidad de los impactos del clima cambiante varían según la localización geográfica, el grado de vulnerabilidad, y la capacidad de adaptación o gestión de los riesgos en cada ecosistema. Por su parte, los sistemas agrícolas están en una relación de doble vía con el ambiente y el cambio climático; por un lado, contribuyen con gases de efecto invernadero (CH4, N2O, CO2) y otros impactos ambientales, y por otro, están expuestos y son sensibles a los cambios de las condiciones climáticas(3,4).

En vista de la relevancia y pertinencia del tema climático para la producción de alimentos y seguridad alimentaria, en esta entrada haremos una breve exposición de los principales impactos del clima cambiante sobre algunos aspectos de la biodiversidad y agroecosistemas pecuarios.

Cambio climático, ecosistemas y biodiversidad

En el planeta Tierra, nuestro único y esencial sustento de vida, los humanos compartimos recursos y espacio con otros seres vivos. Todos formamos parte de esa maravilla que es la «Biodiversidad» en un maravilloso entorno denominado “Ecosistema”.  

Ecosistema: “Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente”.

“Se entiende por biodiversidad la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, pero también incluye las diferencias genéticas dentro de cada especie -por ejemplo, entre las variedades de cultivos y las razas de ganado-, así como la variedad de ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrarios,…) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros (humanos, plantas, animales) y su entorno (agua, aire, suelo…)” (UN).

Los ecosistemas y la biodiversidad están en permanente exposición a diferentes situaciones de riesgo, entre ellas se cuentan las ocasionadas por inadecuadas prácticas agrícolas, destrucción de capa vegetal, construcción de infraestructuras, excavación y modificación de cauces, las cuales han conllevado a la existencia de sistemas biológicos con mayor grado de vulnerabilidad. Así mismo, el cambio climático se suma a la lista de amenazas, ya que sus diversas manifestaciones, como el aumento de la temperatura, y de la frecuencia e intensidad de eventos extremos (sequía, inundaciones, tornados y huracanes), inducen variantes o crean nuevas condiciones ambientales, que interfieren con la dinámica biológica natural de las especies, e irrumpen el equilibrio entre las partes que conforman los ecosistemas, adicionando afectaciones a las poblaciones, servicios ecosistémicos y salud ambiental (3-9).

De modo general, los efectos el cambio climático sobre los ecosistemas y la biodiversidad se resumen en los siguientes:

  • Perturbación o modificación de microclimas en suelos, vegetación y cuerpos de agua, y en consecuencia se afectan hábitats o nichos ecológicos particulares de plantas, animales y microorganismos.
  • Efectos directos e indirectos en los ciclos de vida y procesos de reproductivos de las especies componenentes de los ecosistemas.
  • La emergencia de nuevos agentes patógenos (bacterias, virus, parásitos, insectos)  y/o sus vectores.  Modificación de la conducta o comportamiento de patógenos conocidos.
  • Desplazamiento de hábitats y migración de especies hacia nuevos territorios, con el riesgo de establecimiento de especies invasoras.
  • Reducción o aumento del tamaño de poblaciones de plantas, animales, o microorganismos, lo cual puede ser favorable o prejudicial, dependiendo de la especie, sus hábitos e interacciones con otras especies.

Cambio climático y agroecosistemas pecuarios

Imagen de StockSnap en Pixabay

Los sistemas de producción pecuaria son pilares de la seguridad alimentaria y del desarrollo sostenible.  En sus dominios albergan un gran número de especies e individuos, y su funcionalidad está determinada por el conjunto de elementos e interacciones, y por la eficiencia de la gestión humana. Con frecuencia, los agroecosistemas enfrentan los embates de diversos agentes biológicos, físicos y meteorológicos, y pueden responder de diferente manera, según su grado de vulnerabilidad, el cual está estrechamente relacionado con la salud del ecosistema y la biodiversidad. Los sistemas agrícolas sanos y bien gestionados tienen mejor capacidad para enfrentar amenazas. Por el contrario, si los ecosistemas están perturbados son más sensibles y vulnerables, y resultarán con mayor grado de afectación y pérdida de la eficiencia productiva.

A lo largo de la historia, las actividades agrícolas han estado influidas por el clima. Sin embargo, la nueva dinámica climática es condicionante para que, en los años venideros, algunos efectos negativos se intensifiquen o aparezcan nuevos efectos. El clima cambiante influye sobre el rendimiento y la eficiencia productiva de los sistemas agrícolas  de varias maneras y por diferentes vías, y puede ser variable  de acuerdo con factores geográficos, sociales, económicos y culturales. Se tiene previsto que las regiones tropicales, de mayor vulnerabilidad, padecerán los impactos más drásticos(10-12).

Algunos de los efectos más evidentes del clima cambiante sobre los sistemas pecuarios se listan a continuación:

  • Los sistemas con animales rumiantes pueden verse afectados por la reducción de la disponibilidad de agua y forrajes, la modificación del valor nutritivo de forrajes y otros alimentos, y la degradación de pasturas o pérdida de áreas para el cultivo de especies forrajeras.
  • En algunos pocos escenarios, el ambiente será propicio para el desarrollo de nuevas especies con potencial forrajero, o mejorar su composición y rendimiento.
  • Efectos en la salud y bienestar animal debido a mayor estrés calórico; incidencia de parásitos y enfermedades, relacionada en parte con cambios en los ciclos de vida y conducta de patógenos y sus vectores; plagas y enfermedades emergentes; alteración de los hábitos de pastoreo y consumo de alimento, y efectos en los procesos metabólicos, productivos y reproductivos de los animales.
  • Condiciones favorables para la diseminación de contaminantes químicos y mayor riesgo de transferencia a los humanos a través de los alimentos, desfavorable para la inocuidad alimentaria. 
  • En sistemas con especies no rumiantes (aves y cerdos), si no se cuenta con estrategias de enfriamiento o disipación de calor, los animales padecerán mayor estrés calórico; también mayor riesgo de patógenos, y peligros por alimentos contaminados, debido a deficientes condiciones de producción y almacenamiento, que puedan surgir como consecuencia de altas temperaturas y humedad relativa.

Los ecosistemas, la biodiversidad y los sistemas agrícolas están expuestos y son sensibles a las condiciones climáticas. Sin embargo, poseen innumerables fortalezas, que los hace potencialmente capaces de enfrentar los desafíos del clima cambiante, resistir y permancer fuertes cumpliendo con la misión de producir alimentos.

Finalmente, es conveniente destacar que los sistemas agropecuarios en general deben asumir con determinación la urgente necesidad de transformación, de avanzar hacia sistemas sostenibles con los menores impactos ambientales, buscando incrementar la capacidad de adaptación o “resiliencia”, y con ello, también mejorar la eficiencia productiva.

Referencias

1-WMO. (1979). Proceedings of the World Climate Conference. WMO-No. 537; 2-Cendrero, A. et al. (2009). Previsiones sobre cambio climático y cambio global: ¿Son sostenibles las tendencias observadas? Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. (Esp). 103 (1); 3-IPCC. (2014). Cambio climático 2014: Informe de síntesis. IPCC. Ginebra; 4-IPCC. (2019). Summary for Policymakers. In: Climate Change and Land: an IPCC special report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems. In press; 

5-Campbell, A. et al. (2009). Review of the Literature on the Links between Biodiversity and Climate Change: Impacts, Adaptation and Mitigation. SCBD. Technical Series No. 42;  6-FAO. (2013). La fauna silvestre en un clima cambiante. Estudio FAO: Montes 167; 7-Uribe Botero, E. (2015). El cambio climático y sus efectos en la biodiversidad en América Latina. CEPAL-UE; 8-FAO. 2019. The State of the World’s Biodiversity for Food and Agriculture. FAO, Rome; 9-Lindley, S.J. et al. (2019). Biodiversity, Physical Health and Climate Change: A Synthesis of Recent Evidence. In: Biodiversity and Health in the Face of Climate Change;

10-Porter, J.R. et al. (2014). Food security and food production systems. In: Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. IPCC.  NY, USA; 11-Loboguerrero, A. et al. (2018). Feeding the World in a Changing Climate: An Adaptation Roadmap for Agriculture. Rotterdam and Washington, DC; 12-Pezo, Danilo. (2019).Intensificación sostenible de los sistemas ganaderos frente al cambio climático en América Latina y el Caribe: estado del arte. BID.

Por AlisTeresa Márquez Araque

Créditos: Foto de portada: Imagen de Jörg Peter en Pixabay; Ecosistema: Imagen de SiggyNowak en Pixabay; Chiguire: Imagen de Denis Doukhan en Pixabay

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El planeta Tierra y la crisis climática. II. Los humanos, entre las causas y el desinterés

El planeta Tierra y la crisis climática. II. Los humanos, entre las causas y el desinterés

¿Están las alertas y las alarmas climáticas activadas?

(©) por AT Márquez Araque

En toda la historia de la Tierra, el modo de vida de las personas ha estado determinado y condicionado por los elementos de clima. Las actividades económicas, culturales, religiosas, costumbres y hábitos de vida guardan una relación muy estrecha con el comportamiento de las variables climáticas.

Por cientos de años, los humanos hemos utilizado los recursos naturales de la Tierra de manera irracional, como si fueran infinitos y eternos. Nos faltó previsión, nos faltó proteger y reponer, y nos convertimos en agentes destructores de nuestra propia casa, sin llegar a pensar en el tremendo perjuicio que le estábamos ocasionando al sistema terrestre.

Nuestras actividades se convirtieron en fuentes de compuestos contaminantes, los cuales fueron a parar a los suelos, a las aguas, a la atmósfera; se acumularon en grandes cantidades, a tal punto que llegaron a perturbar la capacidad natural de recuperación y mantenimiento del equilibrio existente en los ecosistemas de la Tierra, y afectaron a todos los componentes del sistema climático. La atmósfera sufrió cambios en su composición y dinámica biogeoquímica, afectando el clima… forzando el «cambio climático».

La humanidad y el desafío del 1,5 oC

A nivel mundial, diversos grupos de científicos, instituciones meteorológicas, oceánicas y espaciales vienen trabajando, y alertando sobre las modificaciones del clima y las consecuencias sobre la «Tierra y la humanidad» desde mucho tiempo atrás.

A mediados del siglo XX, el volumen de información técnica y científica se incrementó de manera considerable(1), sin embargo, y a pesar de los esfuerzos realizados y de las advertencias emitidas, la población mundial no ha podido percibir la amenaza cierta y evidente del cambio climático, y ha continuado con un ritmo de vida altamente desestabilizador del equilibrio ambiental y causante de severos impactos en los ecosistemas.

Desde su creación, en 1988, en todos los informes de evaluación e informes especiales, el  IPCC ha publicado la información científica disponible sobre las evidentes causas humanas de cambio climático.

A finales del 2018, la publicación del “Informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de 1,5 °C fue determinante para causar un gran impacto mediático global, con fuerte repercusión en diversos sectores de la sociedad y economía mundial.  De alguna manera, con el informe se logró incrementar el nivel de atención en cuanto a la seriedad y urgencia de abordar el tema climático en todos los ámbitos de la sociedad mundial.

En el mencionado “Informe especial 1,5 °C”, se presentan las conclusiones y recomendaciones preparadas por un grupo de expertos con base en la evaluación de la literatura científica, técnica y socioeconómica disponible. Con particular énfasis, se destaca lo siguiente:

  • En el 2017, el calentamiento de la Tierra asociado con las actividades humanas llegó a 1,0 °C con respecto a los valores observados en la “era preindustrial” (periodo de referencia 1850-1900).
  • En algunas regiones y estaciones del año, en el decenio 2006-2015 ya se han experimentado incrementos de temperatura superior a 1,5°C.
  • Los sistemas naturales y humanos de la Tierra están siendo afectados por el calentamiento, y con el incremento probable de 1,5 °C, los riesgos y el nivel de impacto llegarán a ser mayores.
  • De continuar con el ritmo actual, es probable que el calentamiento global llegue a 1,5 °C entre 2030 y 2052.
  • Se estableció como un escenario optimista: “la trayectoria conceptual de estabilizar el calentamiento en 1,5 °C o menos”.
  • Para limitar el calentamiento a 1,5 °C o menos se requiere implementar en el corto plazo un considerable número de acciones de mitigación, dirigidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores.
  • De igual modo, se alerta sobre los efectos que el cambio climático tiene y tendrá en los ecosistemas naturales y la humanidad. Se hace un llamado de atención a la comunidad mundial a trabajar en el desarrollo y aplicación de medidas de “adaptación” con el fin de reducir la severidad de los impactos.
  • Se exhorta a todos los sectores de la población mundial a realizar acciones para promover la transformación integrada de los sistemas sociales y ecológicos, en todas las escalas, y en consonancia con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Adicionalmente al Informe del IPCC (2018), los últimos informes especiales del IPCC (2019a; 2019b), los informes “Unidos en la Ciencia” (2019; 2020) y el documento “Advertencia de los científicos mundiales sobre una emergencia climática” (World Scientists’ Warning of a Climate Emergency) han sisdo notables en la lucha para reforzar la importancia de la crisis climática, y la urgente necesidad de implementar acciones para mitigación y adaptación(2,3,4,5,6,7).

Finalizando el 2020, en comunicado de prensa de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), se afirma:

  • El cambio climático continuó su implacable marcha durante 2020 y está en camino de ser uno de los tres años más cálidos desde que se iniciaron los registros. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la década de 2011 a 2020 será la más cálida de la que se tiene registro y los seis años más cálidos son los registrados desde 2015.
  • De acuerdo con el informe, pese al confinamiento por la COVID-19, las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero continuaron aumentando, condenando al planeta a un mayor calentamiento por muchas generaciones más debido a la larga permanencia del CO2 en la atmósfera.
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Fuente: WMO (2020). State of the Global Climate 2020. Provisional Report

¿Y cuáles han sido las principales causas del cambio climático de la Tierra?

Desierto, Vivir, Seca, La Naturaleza, Planta
Imagen de naturfreund_pics en Pixabay

Sin restar importancia a la variación natural del clima, nuestro enfoque se dirige a resaltar las “causas del cambio climático de “origen humano”.  

De acuerdo con los informes del IPCC, por consenso científico se ha determinado que los humanos son los causantes del actual climático(2).  Pero, ¿qué tanto han hecho, o dejado de hacer los humanos para contribuir con el cambio de las condiciones climáticas de la Tierra?   

El primer gran elemento a considerar dentro las causas de la modificación climática de la Tierra es el incremento de la población mundial.

  • En tal situación, fue necesario producir mayor cantidad de alimentos, y para lograrlo, se tuvo que aumentar la extensión de las áreas agrícolas, lo que condujo a la desmedida pérdida de bosques, junto con inadecuadas prácticas de producción e irracional uso de todos los recursos naturales. Condiciones estas, que dieron paso a rápidos procesos de desertificación, degradación de suelos, y a la emisión y acumulación de contaminantes en aguas, suelos y atmosfera.
  • El desarrollo industrial tomó auge desde 1950, y marcó la pauta en mejorar las condiciones de vida y bienestar de la población creciente.  La industria automotriz, la producción de maquinarias y aparatos electrodomésticos influyeron en acrecentar el uso de combustibles fósiles, petróleo y carbón.
  • Se incrementó la demanda, y construcción de viviendas e infraestructura de servicios, con uso masivo de recursos naturales sin criterios de conservación, y mucho menos sin reposición.
  • Por otra parte, la minería sin control, dañina tanto para la sociedad como para el ambiente, es causante  de la devastación severa de grandes y vitales ecosistemas, con implicaciones en la contaminación de aguas, suelos y destrucción de biodiversidad.

El incremento de la población mundial favoreció una serie de actividades sin control que condujeron al aumento de las emisiones y excesiva concentración de “gases de efecto invernadero (GEI´s)” en la atmósfera, en consecuencia, se favoreció el calentamiento global y la perturbación del sistema climático terrestre.

Por «emisiones» se entiende la liberación de gases de efecto invernadero o sus precursores en la atmósfera en un área y un período de tiempo especificados (8).

Gas de efecto invernadero (GEI): Componente gaseoso de la atmósfera, natural o antropógeno, que absorbe y emite radiación en determinadas longitudes de onda del espectro de radiación terrestre emitida por la superficie de la Tierra, por la propia atmósfera y por las nubes. Esta propiedad ocasiona el efecto invernadero. El vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y el ozono (O3) son los gases de efecto invernadero primarios de la atmósfera terrestre(9,10) .

Actividades humanas causantes del incremento de la concentración de GEI´s en la atmósfera:

  • Actividad industrial,  procesos de extracción y consumo de combustibles fósiles
  • Deforestación y cambios de uso y cobertura del suelo
  • Agricultura y ganadería
  •  Producción e inadecuada gestión de residuos orgánicos y basura en general

Los GEI´s se producen durante la ocurrencia de diversa reacciones químicas en los sistemas biológicos y procesos industriales (Figura 1).

Figura 1. Resumen de los principales procesos biológicos e industriales generadores de gases de efecto invernadero (GEI)

No obstante, y muy a pesar de la gran dinámica informativa, favorecida por el auge de las telecomunicaciones, la emergencia de redes sociales y canales electrónicos de intercambio de información…  la «humanidad», a finales del 2020, todavía muestra desinterés en la crisis climática en desarrollo.

En la siguente entrada, revisaremos los impactos del cambio climático y los vinculos con el sector agropecuario.

Referencias bibliográficas

1-WMO. (1979). Proceedings of the World Climate Conference. WMO-No. 537; 2-IPCC (2018). Resumen para responsables de políticas. En: Calentamiento global de 1,5 °C, Informe especial del IPCC; 3-IPCC. (2019a). Summary for Policymakers. In: Climate Change and Land. An IPCC Special Report; 4-IPCC. (2019b). Summary for Policymakers. In: IPCC Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate; 5-WMO, UNEP, IPCC, GCP, FE and ELGF. (2019). United In Science;  6-WMO, GCP, UNESCO-IOC, IPCC, UNEP and MO. (2020). United In Science; 7-Ripple WJ et al. (2020).  BioScience. 70: 8-12; 8-Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). (1992). Naciones Unidas; 9-IPCC. (2013). Glosario. En: Cambio Climático 2013. Bases Físicas; 10-IPCC. (1996). Climate Change 1995. The Science of Climate Change. Group I.

Créditos: Foto de portada: Imagen de Foto-Rabe en Pixabay;

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