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Árboles de interés forrajero incluidos en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea   

Árboles de interés forrajero incluidos en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea  

En: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

En Venezuela, dentro de la gran biodiversidad vegetal se encuentran especies de interés forrajero incluidas en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea, Pseudosamanea, las cuales poseen características de adaptación idóneas para desarrollarse en condiciones adversas; particulamente, se recomiendan para sistemas de producción establecidos en territorios con déficit hídrico. Estos cuatro géneros relacionados pertenecen a la familia Fabaceae (Leguminosae)(1,2). Por la diversidad de usos y beneficios que proveen tienen importancia social, ecológica, económica y ambiental. Entre sus múltiples beneficios se destacan la provisión de sombra en cafetales y potreros, madera para diversos usos y productos de uso industrial. Adicionalmente, los árboles actúan como estabilizadores de suelos; en asociación con bacterias específicas fijan nitrógeno al suelo; y proporcionan forraje de buen valor nutritivo para animales rumiantes.

En esta entrada destacaremos las principales especies de interés forrajero para zonas secas incluidas en los géneros Albizia, Enterolobium, Samanea, Pseudosamanea.

De este grupo, las especies de mayor interés encontradas en Venezuela se listan en la Tabla 1. Se les halla creciendo en variados ecosistemas, incluyendo bosques húmedos y bosques secos (2,3), parques y avenidas de espacios urbanos de zonas áridas y semiáridas (4,5), en los llanos occidentales bajos y en la región oriental (3,6).

1.  Género: Albizia Durazz. 1772

Albizia Durazz es un género pantropical, distribuido en las regiones tropicales y subtropicales del mundo; contiene especies de importancia ecológica, económica y social (1,7).

Especies en Venezuela

Albizia barinensis L. Cárdenas & H. Rodríguez

A. barinensis es un especie nativa de Venezuela. Se distribuye en áreas de bosques caducifolios de los estados Anzoátegui, Barinas, Portuguesa, Bolívar, Sucre y Táchira (2,8). Los árboles pueden alcanzar entre 6 y 20 m de altura. En algunos territorios se encuentran creciendo en potreros y terrenos de pastoreo como árbol de sombra.  De esta especie de Albizia se tiene poca información, pero de acuerdo con el Libro Rojo de la Flora Venezolana es una especie amenazada, inculida en el grupo de plantas que están en condición “Vulnerable”. Ha sido fuertemente afectada por procesos de deforestación, asociados principalmente con actividades agropecuarias y urbanísticas (9,10).

Albizia lebbek (L.) Benth

Albizia lebbek (L.) Benth es una especie nativa de Asia, pero se le consigue naturalizada y ampliamente distribuida en diferentes ecosistemas tropicales y subtropicales (1). Los árboles pueden alcanzar entre 3 y 15 m de altura. En Venezuela se distribuye en una gran parte del país, y ha sido considerada “especie invasora” (11,12).

Entre sus principales características están: es resistente a sequía; posee buena capacidad de propagación, adaptación  y establecimiento en diversas condiciones climáticas y edáficas; y recomendada para diversos usos (13-17).

En comunidades vegetales de zonas áridas y semiáridas de Venezuela, la especie Albizia lebbeck no está muy extendida. Sin embargo, es común encontrar plantas creciendo en parques y avenidas de Maracaibo (4,5,17) y Barquisimeto (Observaciones personales), lo cual indica su adaptación a las condiciones de los ecosistemas semiáridos.

Los árboles de A. lebbeck proporcionan los siguientes beneficios:   

  • Provisión de madera para diversos usos.
  • Planta ornamental.
  • Producción de exudados gomoso con características químicas adecuadas para diversas aplicaciones industriales.
  • En sistemas de producción con rumiantes, tiene utilidad para la proporcionar sombra y fijar nitrógeno al suelo; en la construcción de cercas vivas o barreras contra viento; y para la producción de biomasa forrajera de buen valor nutritivo.

Varios estudios de la biomasa forrajera de Albizia lebbeck destacan el valor nutricional, y le confiere méritos para ser incorporada y utilizada en los sistemas de producción con rumiantes, ya sea como banco de proteína, forraje ensilado o árboles integrados en sistemas silvopastoriles (19-25). Además, se ha encontrado que este forraje podrían favorecer una mejor función ruminal y contribuir con la reducción de la síntesis de metano, efectos importantes para la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (19,26,27).

La concentración de proteína del follaje de A. lebbeck es variable (Tabla 2). Está relacionada con diferentes factores, entre ellos, la localización geográfica, parte de la planta, fase fenológica y la época. De acuerdo con varios estudios, la concentración de PC en el follaje varía entre 15,96 y 24,0 %, y en las semillas, el porcentaje de proteína es mayor; por lo tanto, esta fracción constituye un indicador del potencial de esta planta para ser utilizada como suplemento en raciones para rumiantes.

Albizia niopioides (Benth.) Burkart

Albizia niopoides en floración (Barquisimeto, Venezuela)

De esta especie, en Venezuela se destacan: Albizia niopoides var. niopoides y Albizia niopoides var. colombiana.

Albizia niopoides var. Niopoides es nativa de América Latina. El nombre común varía de acuerdo con el país o región. En Venezuela se le conoce con los nombres de Carabalí, Hueso de Pescado o Caracolí. Los árboles pueden alcanzar hasta 35 m de altura, y se consiguen en bosques caducifolios y brevicaducifolios de los estados Apure, Barinas, Cojedes, Guárico Monagas, Portuguesa, Lara,Táchira, Aragua, Distrito Capital, Falcón y Miranda (2,28,29). Por su parte, Albizia niopoides var. colombiana, solo se ha reportado en algunos sectores de bosques deciduos y semideciduos del estado Zulia (9,30-32).

Albizia niopoides (Barquisimeto, estado Lara. Venezuela)

La denominación “Hueso de pescado” se debe a que las hojas de esta especie están compuestas por hojuelas diminutas que le dan el aspecto de un esqueleto de pescado (2).

Vainas secas y semillas de A. niopoides

En Venezuela, el uso o potencial uso de esta especie permanece poco documentado. Sin embargo, a nivel de la región latinoamericana se reconoce como especie multipropósito de importancia ecológica, resistente a sequía y fuego, de la cual se obtienen diversos beneficios (7,30,33-35). Entre los beneficios adicionales al forraje, A. niopoides proporciona los siguientes:

  • Madera para diversos usos.
  • Los árboles proporcionan sombra en cafetales y potreros, hábitat y refugio para aves y otras especies de fauna silvestre y polinizadores.
  • En áreas urbanas tiene uso ornamental.
  • Capacidad para fijar nitrógeno y mejorar las características del suelo.
  • Produce exudados gomosos para uso industrial.

El forraje de A. niopoides es consumido por bovinos, ovinos y caprinos (16,21,36). De acuerdo con los resultados de algunos estudios, la concentración de proteína del follaje varía entre 17 y 22 %. Sin embargo, la digestibilidad observada en estos casos fue baja (Tabla 2).

Según el Libro Rojo de la Flora Venezolana, A. niopoides es una especie en condición de “Vulnerable”, que enfrenta fuertes amenazas relacionadas con la pérdida de hábitats por actividades agrícolas e intensa explotación para uso de la madera (9,10)

Las especies, Albizia barinensis L. Cárdenas & H. Rodríguez, Albizia lebbek (L.) Benth y Albizia niopioides (Benth.) Burkart se consideran multipropósito, con potencial forrajero para sistemas de producción ganadero establecidos en territorios secos. Estas especies pueden ser útiles en sistemas silvopastoriles, para recuperación de áreas degradadas y para la protección contra procesos de erosión y desertificación. Sin embargo, es necesario la realización de estudios que conlleven al desarrollo de adecuadas prácticas de implementación y manejo integrado, de manera tal que su uso sea eficiente y sostenible.

2. Género: Enterolobium Mart. 1837

Especie: Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.

En Venezuela, al Enterolobium cyclocarpum se le conoce con el nombre de Caro caro. Es un árbol que puede alcanzar hasta 30 m de altura. Se reporta en bosques caducifolios y cerca de asentamientos humanos. Se distribuye en casi todo el país, con mayor representación en los estados Anzoátegui, Apure, Barinas  Cojedes, Guárico, Portuguesa, Táchira, Lara, Trujillo, Zulia, Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Falcón, Miranda, Monagas, Nueva Esparta y Yaracuy (2).

Es común su uso como árbol de sombra en potreros, pero tanto el follaje como los frutos poseen buen valor nutritivo para animales rumiantes.

Árbol, follaje, flores y vainas verdes de Enterolobium cyclocarpum

Varios estudios de composición química muestran que tanto el follaje como las vainas y semillas de E. cyclocarpum  poseen características nutricionales de interés para los rumiantes (38-50). La concentración de proteína y fibra varían de acuerdo con la parte comestible, la edad o fase fenológica del forraje, la época, la localidad, entre otros factores (Tabla 3).

Por su parte, las semillas presentan una cubierta dura que dificulta su degradación, y generalmente son excretadas intactas en las heces, por lo que para un mejor aprovechamiento de este recurso conviene suministrar las vainas molidas. También, se han detectado metabolitos secundarios, entre ellos, fenoles, taninos, saponinas, esteroides e inhibidores de tripsina, los cuales, dependiendo de la concentración en la ración, pudieran tener algún impacto sobre el metabolismo ruminal o salud del animal.

Vainas secas y semillas de Enterolobium cyclocarpum

Adicionalmente, E. cyclocarpum proporciona otros beneficios ecosistémicos (1,44,51-54). Entre ellos se destacan los siguientes:

  • Madera para diversos usos.
  • Favorece el control de la erosión y la fertilidad del suelo a través de la fijación de nitrógeno y fósforo.
  • Sombra en potreros.
  • De los tallos se obtiene goma apropiada para uso en diversas aplicaciones industriales.

Es una especie, que al igual que las anteriores resulta atractiva para la restauración de tierras degradadas y para ser incluida en sistemas silvopastoriles

3. Género: Samanea (Benth .) Merr. 1916

Especie: Samanea saman (Jacq.) Merr.

Árbol de Samanea saman en floración

La especie Samanea saman (Jacq.) Merr. es nativa de América Central y norte de América del Sur (1,2). Entre otros, en Venezuela se le conoce con los nombres de Algarrobo, Samán, Dormilón, Árbol de lluvia. Se distribuye en áreas de bosques caducifolios, bosques siempreverdes, bosques de galería, bosques secos, sabanas y zonas urbanas (2,3,10). Es una especie de importancia económica y ambiental debido a la diversidad de beneficios o servicios ecosistémicos que proporciona. Los árboles puede alcanzar hasta 45 m de altura, y su copa es amplia y dispersa en forma de sombrilla. Se cultiva como árbol de sombra, forraje y ornamental (2,3,55-57).

Flores y vainas verdes y secas de Samanea saman

Varios estudios indican que tanto el follaje como los frutos de Samán poseen buen valor nutritivo para animales rumiantes (40,41,58-66), y pueden favorecer la reducción de la síntesis de metano en el rumen (67,68). Los frutos se destacan por contener alta concentración de azúcares, lo que favorece su palatabilidad y consumo.

Datos de composición química muestran que las concentraciones de proteína y  fibra varían según diferentes factores, como la localidad, la edad del forraje o fase fenológica y parte de la planta. Los frutos y las vainas generalmente poseen mayor concentración de proteína y mayor digestibilidad (Tabla 4).

También, se indica la presencia de metabolitos secundarios, entre ellos: alcaloides, taninos condensados, saponinas y glucósidos. Estos metabolitos, dependiendo de la concentración en la ración o nivel de consumo, podrían causar efectos adversos. En caso de incorporar en la ración follaje o frutos de Samán conviene tomar precauciones.  

Vainas secas y semillas de Samanea saman

Los árboles de Samán proporcionan otros beneficios (17,53,55,69-71), los cuales también tienen importancia para los sistemas de producción animal; a saber:

  • Fijación de nitrógeno al suelo.
  • Sombra para los animales.  
  • Madera de alto valor comercial.
  • Hábitat y refugio de fauna silvestre.
  • Producción de gomas para uso industrial.

Al igual que las especies anteriores, el Samán es de interés forrajero para zonas secas y con atributos para ser incluido en sistemas silvopastoriles.

Actualmente, la especie Samanea saman enfrenta amenazas relacionadas con la intensiva explotación madera y reducción de hábitats. Este último, se asocia con actividades agropecuarias y crecimiento urbanístico. En este sentido, se le ubica en el grupo de especies en la condición “Vulnerable” (9,10).

 

Samanea saman (Sarare, estado Lara. Venezuela)

4. Género: Pseudosamanea Hanns 1930

Especie: Pseudosamanea guachapele (Kunth) Harms

La especie Pseudosamanea guachapele se distribuye desde el sur de México hasta Panamá, y en Suramérica se encuentra en Colombia, Venezuela y Ecuador (1,2,3,9). En Venezuela se le conoce con los nombres de Clavellino, Guacha, Masaguaro, Samanigua, Samán masaguaro, Tabaca (2). Los árboles pueden alcanzar hasta los 25 m de altura, y se les encuentra en bosques de galería, bosques húmedos, bosques caducifolios y matorrales (2,3,9,72,73).

Es también una especie multipropósito con capacidad de buena adaptación a condiciones adversas. Generalmente, en fincas ganaderas se usa como árbol de sombra en potreros, y en algunos casos como planta forrajera.

Árbol, flores y vainas verdes de Pseudosamanea guachapele

En Venezuela, su uso como planta forrajera está poco documentado. Sin embargo, algunas experiencias de otros países indican que el forraje de esta leguminosa arbórea posee buen valor nutritivo para animales rumiantes (36,74-79).

De acuerdo con los estudios mencionados, la concentración de proteína en el forraje pueden estar entre 17 y 24% (Tabla 5). También, en el forraje de esta especie se encuentran presentes, en cantidades variables, los metabolitos: taninos, fenoles y saponinas.

Así mismo, se considera que los árboles son adecuados para ser incluidos en sistemas silvopastoriles de zonas secas (80,81).

Vainas secas y semillas de Pseudosamanea guachapele

Pseudosamanea guachapele es una especie de interés forrajero y ambiental para zonas secas de Venezuela, pero amerita que se realicen estudios que conlleven a desarrollar buenas prácticas para el uso sostenible de la especie.

Pseudosamanea guachapele

Consideraciones finales

Para finalizar esta entrada, podemos admitir que las especies de Albizia, Enterolobium, Samanea y Pseudosamanea referidas anteriormente, representan opciones atractivas para incrementar la oferta forrajera en los sistemas de producción con rumiantes, especialmente para aquellos establecidos en territorios secos, en los que la disponibilidad de gramíneas y otras herbáceas forrajeras se reduce considerablemente durante el periodo de sequía.

Sin embargo, el uso masivo de estas plantas se ve limitado por diferentes factores, entre los que se destacan, la poca información o conocimientos sobre su valor forrajero y manejo agronómico, esto unido a la ausencia de programas o lineamientos a seguir para la implementación de prácticas de uso eficiente de los árboles según sea el propósito.

De manera que se requiere de trabajo integrado multidisciplinario, incentivos y políticas públicas coherentes con las necesidades de los productores y con las estrategias de protección ambiental. Es urgente promover investigaciones, con pertinencia local, que permitan desarrollar “buenas prácticas” para el establecimiento y manejo agronómico de las mencionadas especies, todo esto con el fin de que se aprovechen de modo eficiente y sostenible los beneficios como forraje y demás servicios económicos y ambientales.

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  66. Gutiérrez-Oviedo, F. et al. (2022). Revista Biotecnología en el Sector Agropecuario y Agroindustrial. 20: 113-123.  https://doi.org/10.18684/bsaa.v.n.2022.1839;
  67. Valencia Salazar, S. S. et al. (2018). Agricultural and Forest Meteorology. 258: 108-116. https://www.cabdirect.org/cabdirect/abstract/20183213330;
  68. Anantasook, N. et al. (2014). J. Anim. Physiol Anim. Nutr. 98: 50-55. https://doi.org/10.1111/jpn.12029;
  69. Skolmen, R.G. (1990). En: Burns, R., Honkala, B.H. (Eds.) Silvics of North America: 2. Hardwoods. Agric. Handb. 654. 507-510;
  70. 70-Clamens, C. et al. (1998). Boletín del Centro de Investigaciones Biológicas. 32(2). https://produccioncientificaluz.org/index.php/boletin/article/view/306;
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  72. Díaz P, W. A, & Delascio-Chitty, F. (2007).  Acta Botánica Venezuelica.  30(1): 99-161. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0084-59062007000100004&lng=es&tlng=es.;
  73. Camacaro, S. et al. (2014). Rev. Fac. Agron. UCV. 39(1): 1-10.http://190.169.30.98/ojs/index.php/rev_agro/article/view/5905;
  74. Stewart, J.L. & Dunsdon, A.J. (2000).  Agroforestry Systems. 49: 17-30. https://doi.org/10.1023/A:1006326729201;
  75. Esquivel, M.J. et al. (2009). Agroforestería de las Américas. 47: 76-84;Cárdenas, P.A. et al. (2011). Rev. Col. Cienc. Pecu. 24(3): 519;
  76. 76-63-Cárdenas, P. A. et al. (2011). Rev. Col. Cienc. Pecu. 24(3): 519;
  77. Insuasty Santacruz, E. et al. (2013). Ciencia Animal. (6): 109-124;
  78. Chitra., P. & Balasubramanian, A. (2016). Int. J. Science, Environ. Technol. 5(6): 4638-4642;
  79. Perdomo Vargas, J. et al. (2019).  Revista Agropecuaria y Agroindustrial La Angostura. 6(1): 6-17. DOI: https://doi.org/10.24236/24220493.n6.2019.1;
  80. Torres Lezama, A. et al. (2011). Revista Forestal Venezolana. 55. 47-60;
  81. Rodrigo Serrano, J. et al. (2014). Agronomía Mesoamericana. 25(1): 99-110. http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1659-13212014000100010&lng=en&tlng=es.

Imagenes de: AT Márquez-Araque. Municipio Iribarren, estado Lara. Venezuela

Ofrecemos actividades dirigidas a la creación y fortalecimiento de capacidades para la producción de alimentos de origen animal.

Todas nuestras actividades de capacitación están concebidas con enfoque sostenible considerando el cambio climático y el bienestar animal.

Si deseas contribuir y apoyar nuestro trabajo comunícate: paeducave@gmail.com

¡Gracias!

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

En serie: Biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela

Por: Alis Teresa Márquez Araque

Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela ocupan una extensión aproximada de 41.023 km2, distribuidas en: la región costera, desde la Goajira en el occidente, hasta el Golfo de Cariaco en el oriente del país; la altiplanicie de Barquisimeto; las mesas áridas de Los Andes y en las islas caribeñas (1,2).

El clima Seco tropical se caracteriza por alta temperatura, baja precipitación y alta tasa de evaporación. Estas condiciones climáticas configuran un paisaje de extraordinaria belleza y composición florística, en el que predominan los bosques xerófilos y matorrales espinosos, de gran valor ecológico, vinculados con la cultura, gastronomía  y tradiciones de las comunidades.

La cría extensiva de ovinos y caprinos es una de las principales actividades económicas de las familias rurales del árido y semiárido venezolano. Las plantas forrajeras nativas constituyen la principal fuente de nutrientes para los animales en pastoreo (2-8).

La biodiversidad forrajera, también proporciona alimento, protección y hábitats para la fauna silvestre y otras formas de vida, y una amplia variedad de servicios ecosistémicos tanto para las personas que habitan en las comunidades rurales (leña, madera, medicina natural), como para los visitantes (deportes, avistamiento de fauna, fiestas tradicionales, etc.)

      Por otra parte, en los territorios áridos y semiáridos de Venezuela, la intervención  antrópica ha sido causa de intensa degradación de suelos y pérdida de vegetación y hábitats, lo que ha generado la persistencia de ecosistemas con diferente grado de vulnerabilidad y expuestos a la desertificación(10,11).

En los ecosistemas secos, existe una diversidad de plantas que tienen valor ecológico y ambiental único, ya que son especies resilientes; poseen características anatómicas, morfológicas y fisiológicas que le confieren alta capacidad de adaptación a las condiciones particulares de sequía (11). Sin embargo, el  uso inadecuado, en parte por desconocimiento, ha contribuido con la reducción del número de individuos y especies en determinadas áreas. También, la erosión y degradación de suelos perjudica el adecuado desarrollo de estas plantas, afectando su persistencia en la comunidad vegetal. Adicionalmente,  los frágiles ecosistemas áridos y semiáridos del mundo son sensibles a los efectos del calentamiento global y cambio climático, fuertes amenazas para la biodiversidad.

En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) se reconoce “que los países de baja altitud y otros países insulares pequeños, los países con zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, o zonas expuestas a inundaciones, sequía y desertificación, y los países en desarrollo con ecosistemas montañosos frágiles, son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático” (UN, 1992)(12).

El proceso de desertificación a nivel mundial avanza a una tasa significativa. A los diferentes agentes causales naturales y humanos se les suman los atribuidos al cambio climático, y en las zonas áridas y semiáridas, la situación es aún más crítica, por ser estas, de mayor fragilidad y vulnerabilidad (13,14). En Venezuela, la desertificación es un proceso en curso, de modo que el uso racional y la conservación de las plantas persistentes y resistentes a sequía es una estrategia que puede generar impacto positivo y contribuir a reducir tasa de desertificación, principalmente en los territorios secos.  

Desde este espacio, queremos contribuir con promover e impulsar el desarrollo sostenible mediante la aplicación de  las buenas prácticas asociadas con el uso eficiente y protección de la biodiversidad y recursos naturales, y con la recuperación de paisajes en áreas perturbadas y vulnerables del árido y semiárido venezolano.  En este sentido, nuestra contribución está enfocada a la divulgación de conocimientos sobre vegetación forrajera, generados por saberes locales y trabajos de investigación pertenecientes a diferentes instituciones académicas y científicas del país.

Referencias

  1. Matteuci, S. (1986).  Las zonas áridas y semiáridas de Venezuela. Zonas Áridas Centro de Investigaciones de Zonas Áridas, Universidad Nacional Agraria, La Molina, Lima, Perú. 4:39-48.
  2. Matteuci, S.D. y Colma, A. (1997). Agricultura sostenible y ecosistemas áridos y semiáridos de Venezuela. Interciencia. 22:123-130.
  3. Virgüez, G.T. y Chacón, E. (1997). Especies arbóreas y arbustivas de potencial forrajero del árido y semiárido de Venezuela. Gaceta de Ciencias Veterinarias. 3:15-34
  4. Sánchez, C.M., Gómez, G., Álvarez, M., Daza, H., y Garmendia, J. (2004). Caracterización nutricional de recursos forrajeros caprinos en sistemas extensivos. Arch. Latinoam. Prod. Anim. 2 (Supl. 1): 63-66. http://hdl.handle.net/1807/7075
  5. Padín, C., Nieto, A., Naveda, R., Hernández, S., Colmenares-Arteaga, M. (2013). Identificación de especies forrajeras nativas a partir del diálogo de saberes para alimentación caprina en el semiárido falconiano. Observador del Conocimiento. 1:152-156.
  6. Ponce-Calderón, M.E., Olivo-Garrido, M.L., Ponce-Vásquez, R.A. y Lugo-Díaz, T. (2016). Caracterización florística y fisionómica de los matorrales espinosos del paisaje costero al noroeste del estado Vargas, Venezuela. Terra. 32:13-40.  http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-70892016000100002&lng=es&tlng=es
  7. Mondragón, A. y Alvarado, H. (2015). Listado florístico preliminar de la Sierra de Baragua, municipio Urdaneta, estado Lara, Venezuela.  Pittieria. 39: 91-106 http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/40564
  8. Moratinos López, P., Perdomo Carrillo, D., González de Betancourt, D., y Perea Ganchou, F. (2020). Conocimiento local de arbóreas forrajeras en una comunidad de productores caprinos del estado Trujillo, Venezuela.  Revista De La Facultad De Agronomía De La Universidad Del Zulia. 37: (Suple. 1):139-145.  https://www.produccioncientificaluz.org/index.php/agronomia/article/view/33037
  9. Mogollón, J.P., Rivas, W., Rivas, J.G., y Martínez, A. (2017). Procesos de degradación de suelos asociados a la desertificación en la península de Paraguaná, Venezuela. Ágora De Heterodoxias. 3:94-110.  https://revistas.uclave.org/index.php/agora/article/view/163
  10. Molina, G.Z., Mejía, J.F., Araujo, J.C. y  Palomares, V.A. (2018). Índice de áreas ambientalmente sensibles a la desertificación (IAASD), parroquia San Juan, Mérida, Venezuela. Revista Geográfica Venezolana.  60:378-397 http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/regeoven/article/view/16009.
  11. Bianco, L. y Cenzano, A.M. (2018). Leguminosas nativas: estrategias adaptativas y capacidad para la fijación biológica de nitrógeno. Implicancia ecológica. Idesia (Arica).  36:71-80. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34292018005002601
  12. Naciones Unidas (ONU). (1992). Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Rio de Janeiro.
  13. Huang, J., Ji, M., Xie, Y., Wang, S., He, Y., & Ran, J. (2016). Global semi-arid climate change over last 60 years. Clim Dyn. 46:1131-1150. https://doi.org/10.1007/s00382-015-2636-8
  14. Scholes, R.J. (2020). «The Future of Semi-Arid Regions: A Weak Fabric Unravels». Climate.  8:43. https://doi.org/10.3390/cli8030043

Serie: Biodiversidad forrajera del árido y semiárido venezolano

En esta serie, nuestro principal propósito es divulgar información de interés sobre algunas de las especies de plantas que conforman la biodiversidad forrajera de zonas áridas y semiáridas de Venezuela. La información y datos de composición química se han obtenido de artículos originales de reconocidos autores y profesionales que han laborado en diversos sectores de las zonas áridas y semiáridas de Venezuela y en otras regiones del mundo. Otros datos de composición química fueron obtenidos de análisis realizados en el Laboratorio de Nutrición Animal del Decanato de Cs. Veterinarias de la UCLA, Venezuela.

Regularmente compartiremos un poster descargable con la información más relevante de cada especie forrajera de la cual se tengan publicaciones y datos disponibles. Igualmente, incluiremos una lista de referencias bibliográficas con el fin de que los interesados puedan ampliar sus conocimientos sobre este fascinante tema.

Con respecto a los nombres científicos de las especies de plantas, en algunos casos, tienen más de un nombre. De ser el caso, agradecemos que algún experto nos haga la respectiva notificación del nombre correcto y haremos la debida corrección. En relación con los nombres comunes, generalmente, varían de acuerdo con las localidades, de modo que tratamos de incluir la mayor cantidad de nombres conocidos.

Especial reconocimiento a todos los profesionales que han dedicado su tiempo y esfuerzo en realizar evaluaciones, a las comunidades e instituciones que han apoyado el trabajo de los profesionales, y a los estimados lectores por dedicar tiempo para leer y compartir nuestro trabajo, hecho con mucho respeto y consideración.

Alguna persona o institución que tenga a bien colaborar y apoyar nuestro trabajo será bienvenida. Escríbenos a: paeducave@gmail.com

Nos encontramos en la siguiente entrega…

Sistemas de producción con rumiantes. Ruta de la Sostenibilidad. 1

Sistemas de producción con rumiantes. Ruta de la Sostenibilidad. 1

Por Alis Teresa Márquez Araque © 2021

Lección 1

El enfoque del desarrollo sostenible en el ámbito agropecuario. Conceptos y definiciones

¡Hola! Bienvenidos a esta primera lección. Haremos un breve recorrido por algunos elementos conceptuales que nos permitirán comprender el enfoque de desarrollo sostenible en el ámbito agropecuario.

¡Comencemos!

Comprender el enfoque del desarrollo sostenible es un primer paso para la transformación de los sistemas alimentarios y avanzar hacia la sostenibilidad.

Probablemente, ustedes se pregunte: “¿Cuál es la importancia de comprender el enfoque del desarrollo sostenible?”

Les comento que, el enfoque del desarrollo sostenible es amplio y multidisciplinario, por lo tanto, comprender su significado nos permite abordar su aplicación desde la dimensión o escenario en el cual estemos trabajando. Y nuestro escenario es el sector agropecuario, de modo que, para comprender el enfoque sostenible en este entorno nos valemos del significado de las palabras clave o términos pertinentes para los sistemas agropecuarios. En esta primera lección, vamos a conocer un grupo de términos o palabras que en conjunto nos llevan a comprender el enfoque del desarrollo sostenible en al ámbito agropecuario, importante para facilitar el entendimiento, el aprendizaje y el desarrollo de capacidades.

En el complejo ámbito del desarrollo sostenible vinculado a los sectores agrícolas existe una abundante producción de conceptos, por lo que es conveniente analizar el significado y la pertinencia de aplicación de cada uno en cada contexto. ¡Nada fácil!… esto es solo el comienzo.

Así que, nos vamos a la primera pauta de la Ruta de la Sostenibilidad: Comprender el enfoque del desarrollo sostenible en el ámbito agropecuarios con particular pertinencia para los sistemas de producción con rumiantes domésticos» . Y, para ello, revisaremos el significado de algunos de los principales conceptos y definiciones.

Recursos y estrategias

En la presentación de la Lección 1 que sigue a continuación, se presentan algunos de los conceptos y definiciones de uso frecuente en el entorno conceptual del desarrollo sostenible aplicado al sector agropecuario, pero hacemos énfasis en los sistemas de producción con rumiantes domésticos.

Se indica la lectura y análisis de cada concepto o definición, e ir relacionando con lo que ocurre en los sistemas de producción localizados en su espacio geográfico.

Adicionalmente, para mejor comprensión y con el fin de reforzar los conocimientos de los temas tratados se recomienda la lectura de los documentos de referencia.

Lección 1.

Contenido

Sistemas agroalimentarios y desarrollo sostenible

Seguridad alimentaria y nutricional

Agenda 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible

Sistemas agroalimentarios y desarrollo sostenible

¿Cuál es el significado de las palabras sostenible y sostenibilidad?

¿Qué es un sistema alimentario?, ¿qué es un sistema agroalimentario?, ¿de qué manera los sistemas alimentarios están relacionados con el desarrollo sostenible?

Los sistemas agroalimentarios son complejos en su conformación. Los hay de diversos tipos, y con diferencias en cuanto a grado de intensificación y objetivos de producción.

En su espacio geográfico, ¿qué tipo de sistemas alimentarios o agroalimentarios están presentes?

De los componentes de los sistemas alimentarios, mención especial merecen las personas que tienen bajo su responsabilidad realizar la gestión de los recursos y procesos, la toma de decisiones, la elaboración e implementación de las políticas públicas, la elaboración y aplicación de los instrumentos de regulación de los procesos, etc. Todos son realmente importantes, y tienen un rol fundamental en la seguridad alimentaria.

En esencia, el desarrollo sostenible apunta a la transformación de los sistemas alimentarios; impulsa a transitar desde los más tradicionales hacia aquellos sistemas más integrales, en los que estén incluidos objetivos nutricionales, sanitarios, ambientales y sociales.

Sistema alimentario sostenible y agroecosistemas

El significado de sistema alimentario sostenible lo encontramos integrado por la expresión seguridad alimentaria y las dimensiones del desarrollo sostenible.

Por otra parte, los sistemas agrícolas o agroecosistemas representan el primer eslabón de los sistemas alimentarios; es el espacio donde se cultivan plantas o se crían animales con propósito alimenticio.

Los sistemas agroalimentarios bajo el enfoque sostenible se perciben como aquellos que incluyen los principios del desarrollo sostenible en todas sus etapas o fases de producción, y realizan un significativo esfuerzo para contribuir con la seguridad alimentaria y nutricional, la protección del ambiente y el bienestar de las personas.

Desarrollo agrícola sostenible

El desarrollo agrícola sostenible es el objetivo o el propósito hacia el cual todas las personas que tenemos algún vínculo con la actividad agropecuaria debemos fijar nuestra mirada, es hacia donde debemos ir en el corto plazo.

Proyectar escenarios de desarrollo agrícola con enfoque sostenible a diferentes escalas de tiempo, es una meta que se puede alcanzar con el esfuerzo mancomunado entre gobiernos, instituciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil.

Recordemos, la salud del planeta Tierra es responsabilidad de sus humanos hijos.

Los sistemas pecuarios con rumiantes domésticos son esenciales para la seguridad alimentaria y nutricional. Proveen alimentos con proteínas de alto valor biológico y nutricional que no pueden ser sustituidas por ninguna fuente vegetal.

Pero, para continuar con la misión de producir alimentos, los sistemas con rumiantes deben considerar el desarrollo integrado con enfoque sostenible, procurando reducir la huella ambiental, y aprovechar la oportunidad presente para mejorar la eficiencia productiva y la vida de las personas que giran en torno a ellos. Así que, encaminamos nuestros esfuerzos hacia la consolidación de sistemas ganaderos sostenibles.

Aunque nuestro enfoque está orientado a sistemas de producción con rumiantes, los principios y fundamentos de la sostenibilidad son aplicables a todos los rubros de la producción animal.

Ganadería sostenible         

Es aquella con capacidad para: i) responder a la demanda creciente de productos pecuarios y potenciar su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional; ii) proporcionar medios de vida seguros y oportunidades económicas a cientos de millones de pastores y pequeños agricultores, un 70 % de los cuales son mujeres; iii) utilizar los recursos naturales de una manera eficiente y hacer frente al cambio climático; iv) mejorar la salud humana, animal y ambiental (FAO, 2014; p.1)(9).

Seguridad alimentaria y nutricional

¿Cuál es el significado de la expresión seguridad alimentaria? ¿Qué significa seguridad alimentaria y nutricional?

Ambas, tienen un significado similar y expresan un objetivo común: «que las personas tengan alimentos sanos y nutritivos».

El Comité  CFS  es  la plataforma de partes dentro del sistema de las Naciones Unidas dedicada a la coordinación mundial en materia de seguridad alimentaria y nutrición, y entre otras funciones, elabora contenidos y definiciones al respecto.

Para que exista seguridad alimentaria y nutricional, los alimentos deben ser inocuos. Un alimento, aun cuando posea alto valor nutritivo puede ser una amenaza para la salud si llegare a portar virus, bacterias, parásitos o sustancias químicas con potencial para causar enfermedades.

En la actualidad, la inocuidad de los alimentos y la seguridad alimentaria y nutricional están en condición de riesgo aumentado debido a las nuevas condiciones ambientales surgidas del cambio climático y a los efectos asociados a la pandemia COVID-19. Los sistemas agroalimentarios se han visto afectados directa e indirectamente desde la producción primaria hasta los consumidores, y los mayores impactos se siente en sectores de la población de menores ingresos y de mayor vulnerabilidad económica, social y ambiental (14-16).

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

En septiembre de 2015, en Asamblea General, los estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, como un plan de acción global para el desarrollo con enfoque en las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y la justicia.

Figura 1. Poster con el resumen gráfico de los 17 objetivos de desarrollo sostenible y sus respectivos logos (Fuente: UN.org )

Resumen de la Lección 1

Hemos logrado iniciar la Ruta de la Sostenibilidad con la primera pauta. Revisamos el significado de algunos elementos básicos del enfoque del desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y nutricional y Agenda 2030 para el desarrollo sostenible pertinentes para el sector agropecuario.

Comprender el enfoque del desarrollo sostenible en el ámbito agropecuario es fundamental para emprender acciones de cambio favorables para la transformación de los sistemas alimentarios. Así mismo, es útil para un mejor entendimiento de las siguientes lecciones en la Ruta de la Sostenibilidad.

Referencias

1-Biermayr-Jenzano, P. (2016). Género y Sistemas Agroalimentarios sostenibles. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

2-FAO. (2017). Reflexiones sobre el sistema alimentario en América Latina y el Caribe y perspectivas para alcanzar su sostenibilidad. Santiago, Chile

3-HLPE. (2017). Nutrition and food systems.  A report by the High Level Panel of Experts on Food Security and Nutrition of the Committee on World Food Security. Rome.

4-HLPE. (2014). Las pérdidas y el desperdicio de alimentos en el contexto de sistemas alimentarios sostenibles. Un informe del Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Roma.

5-Hart, R.D. (1985). Conceptos básicos sobre agroecosistemas. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).  Costa Rica

6-Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CMMAD). (1987). Nuestro Futuro Común. Madrid. Alianza Editorial

7-FAO. (2014). Construyendo una visión común para la agricultura y alimentación sostenibles. Principios y enfoques. Roma.

8-HLPE. (2016). Desarrollo agrícola sostenible para la seguridad alimentaria y la nutrición: ¿qué función desempeña la ganadería? Un informe del Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Roma.

9-FAO. (2014). Programa mundial para una ganadería sostenible. Comité de Agricultura. 24.º período de sesiones. Roma, 29 de septiembre – 3 de octubre de 2014

10-Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA). (1996). Declaración de Roma. 13-17 noviembre de 1996. Roma, Italia

11-Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS). 2012. En buenos términos con la terminología.

12-FAO y OMS. (2005). Código Internacional Recomendado de Prácticas. Principios generales de higiene de los alimentos. CAC/RCP 1-1969. Enmienda 1999. Revisiones 1997 y 2003. Codex Alimentario

13-FAO y OIE. (2009). Guía de buenas prácticas ganaderas para la seguridad sanitaria de los alimentos de origen animal. Roma. 

14-FAO and IFIF. (2020). Good practices for the feed sector–Implementing the Codex Alimentarius Code of Practice on Good Animal Feeding. FAO Animal Production and Health Manual No. 24. Rome.

15-Koluman, A., DİKİCİ, A., Kahraman, T., and İNCİLİ, G.K.  (2017). Food Safety and Climate Change: Seasonality and Emerging Food Borne Pathogens. J. Gastroenterol Res. 1:24-29

16- GANESAN. (2020). Los efectos de la COVID-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición: la elaboración de respuestas eficaces en materia de políticas para abordar la pandemia del hambre y la malnutrición. Roma.

17-Naciones Unidas (UN). 2015. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. A/RES/70/1. Resolución aprobada por la Asamblea General el 25 de septiembre de 2015. 4ª sesión plenaria.

18-CEPAL-Naciones Unidas (2018). La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3), Santiago.

19-FAO. (2017).Reflexiones sobre el sistema alimentario y perspectivas para alcanzar su sostenibilidad en América Latina y el Caribe.

20-HLPE. (2017). La nutrición y los sistemas alimentarios. Un informe del Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Roma

Si desean contribuir con nuestro trabajo, envíanos un mensaje a paeducave@gmail.com

El planeta Tierra y la crisis climática. III. La biodiversidad y los agroecosistemas pecuarios entre amenazas y resistencia

El planeta Tierra y la crisis climática. III. La biodiversidad y los agroecosistemas pecuarios entre amenazas y resistencia

Por Alis Teresa Márquez Araque (©) 2021

El calentamiento global por excesiva acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha forzado el cambio de las condiciones climáticas de la Tierra. Los «humanos», principales causantes …

Avanza el año 2021, la emergencia sanitaria por COVID-19 parece atenuarse por la pronta liberación de vacunas, las cuales irrumpen con fuerza esperanzadora…

Sin embargo, la crisis climática lejos de aminorarse parece cobrar fuerza y muestra un panorama incierto. Durante el año 2020, los indicadores climáticos mundiales (la temperatura de la superficie terrestre y de los océanos, la concentración de gases de efecto invernadero, el nivel y acidez del mar, la extensión del hielo marino y polar) mostraron incrementos significativos en sus valores. El 2020 es uno de los últimos tres años más cálidos que se han registrado (WMO, 2021).

En el presente, las anomalías registradas en los principales indicadores climáticos para enero y febrero 2021, muestran signos del avance indetenible del cambio climático (EU/Copernicus). 

Los sistemas de la Tierra están interrelacionados, y cualquier impacto sobre alguno de ellos, afectará el resto de los sistemas. De modo que, la asociación de eventos climáticos con otros concurrentes de tipo global inducidos por los humanos (incluidos la pérdida de vegetación y suelos fértiles, prácticas agrícolas no adecuadas, acumulación de desechos, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, entre otros) tienen y tendrán impactos considerables en la dinámica biológica de los ecosistemas terrestres y marinos (1,2), comprometiendo aun más la capacidad de regeneración y estabilidad natural. Por lo tanto, se deja ver un escenario de mayores riesgos sobre la salud humana, animal y ambiental, la biodiversidad y sistemas agroalimentarios en general.

La severidad de los impactos del clima cambiante varían según la localización geográfica, el grado de vulnerabilidad, y la capacidad de adaptación o gestión de los riesgos en cada ecosistema. Por su parte, los sistemas agrícolas están en una relación de doble vía con el ambiente y el cambio climático; por un lado, contribuyen con gases de efecto invernadero (CH4, N2O, CO2) y otros impactos ambientales, y por otro, están expuestos y son sensibles a los cambios de las condiciones climáticas(3,4).

En vista de la relevancia y pertinencia del tema climático para la producción de alimentos y seguridad alimentaria, en esta entrada haremos una breve exposición de los principales impactos del clima cambiante sobre algunos aspectos de la biodiversidad y agroecosistemas pecuarios.

Cambio climático, ecosistemas y biodiversidad

En el planeta Tierra, nuestro único y esencial sustento de vida, los humanos compartimos recursos y espacio con otros seres vivos. Todos formamos parte de esa maravilla que es la «Biodiversidad» en un maravilloso entorno denominado “Ecosistema”.  

Ecosistema: “Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente”.

“Se entiende por biodiversidad la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, pero también incluye las diferencias genéticas dentro de cada especie -por ejemplo, entre las variedades de cultivos y las razas de ganado-, así como la variedad de ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrarios,…) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros (humanos, plantas, animales) y su entorno (agua, aire, suelo…)” (UN).

Los ecosistemas y la biodiversidad están en permanente exposición a diferentes situaciones de riesgo, entre ellas se cuentan las ocasionadas por inadecuadas prácticas agrícolas, destrucción de capa vegetal, construcción de infraestructuras, excavación y modificación de cauces, las cuales han conllevado a la existencia de sistemas biológicos con mayor grado de vulnerabilidad. Así mismo, el cambio climático se suma a la lista de amenazas, ya que sus diversas manifestaciones, como el aumento de la temperatura, y de la frecuencia e intensidad de eventos extremos (sequía, inundaciones, tornados y huracanes), inducen variantes o crean nuevas condiciones ambientales, que interfieren con la dinámica biológica natural de las especies, e irrumpen el equilibrio entre las partes que conforman los ecosistemas, adicionando afectaciones a las poblaciones, servicios ecosistémicos y salud ambiental (3-9).

De modo general, los efectos el cambio climático sobre los ecosistemas y la biodiversidad se resumen en los siguientes:

  • Perturbación o modificación de microclimas en suelos, vegetación y cuerpos de agua, y en consecuencia se afectan hábitats o nichos ecológicos particulares de plantas, animales y microorganismos.
  • Efectos directos e indirectos en los ciclos de vida y procesos de reproductivos de las especies componenentes de los ecosistemas.
  • La emergencia de nuevos agentes patógenos (bacterias, virus, parásitos, insectos)  y/o sus vectores.  Modificación de la conducta o comportamiento de patógenos conocidos.
  • Desplazamiento de hábitats y migración de especies hacia nuevos territorios, con el riesgo de establecimiento de especies invasoras.
  • Reducción o aumento del tamaño de poblaciones de plantas, animales, o microorganismos, lo cual puede ser favorable o prejudicial, dependiendo de la especie, sus hábitos e interacciones con otras especies.

Cambio climático y agroecosistemas pecuarios

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Los sistemas de producción pecuaria son pilares de la seguridad alimentaria y del desarrollo sostenible.  En sus dominios albergan un gran número de especies e individuos, y su funcionalidad está determinada por el conjunto de elementos e interacciones, y por la eficiencia de la gestión humana. Con frecuencia, los agroecosistemas enfrentan los embates de diversos agentes biológicos, físicos y meteorológicos, y pueden responder de diferente manera, según su grado de vulnerabilidad, el cual está estrechamente relacionado con la salud del ecosistema y la biodiversidad. Los sistemas agrícolas sanos y bien gestionados tienen mejor capacidad para enfrentar amenazas. Por el contrario, si los ecosistemas están perturbados son más sensibles y vulnerables, y resultarán con mayor grado de afectación y pérdida de la eficiencia productiva.

A lo largo de la historia, las actividades agrícolas han estado influidas por el clima. Sin embargo, la nueva dinámica climática es condicionante para que, en los años venideros, algunos efectos negativos se intensifiquen o aparezcan nuevos efectos. El clima cambiante influye sobre el rendimiento y la eficiencia productiva de los sistemas agrícolas  de varias maneras y por diferentes vías, y puede ser variable  de acuerdo con factores geográficos, sociales, económicos y culturales. Se tiene previsto que las regiones tropicales, de mayor vulnerabilidad, padecerán los impactos más drásticos(10-12).

Algunos de los efectos más evidentes del clima cambiante sobre los sistemas pecuarios se listan a continuación:

  • Los sistemas con animales rumiantes pueden verse afectados por la reducción de la disponibilidad de agua y forrajes, la modificación del valor nutritivo de forrajes y otros alimentos, y la degradación de pasturas o pérdida de áreas para el cultivo de especies forrajeras.
  • En algunos pocos escenarios, el ambiente será propicio para el desarrollo de nuevas especies con potencial forrajero, o mejorar su composición y rendimiento.
  • Efectos en la salud y bienestar animal debido a mayor estrés calórico; incidencia de parásitos y enfermedades, relacionada en parte con cambios en los ciclos de vida y conducta de patógenos y sus vectores; plagas y enfermedades emergentes; alteración de los hábitos de pastoreo y consumo de alimento, y efectos en los procesos metabólicos, productivos y reproductivos de los animales.
  • Condiciones favorables para la diseminación de contaminantes químicos y mayor riesgo de transferencia a los humanos a través de los alimentos, desfavorable para la inocuidad alimentaria. 
  • En sistemas con especies no rumiantes (aves y cerdos), si no se cuenta con estrategias de enfriamiento o disipación de calor, los animales padecerán mayor estrés calórico; también mayor riesgo de patógenos, y peligros por alimentos contaminados, debido a deficientes condiciones de producción y almacenamiento, que puedan surgir como consecuencia de altas temperaturas y humedad relativa.

Los ecosistemas, la biodiversidad y los sistemas agrícolas están expuestos y son sensibles a las condiciones climáticas. Sin embargo, poseen innumerables fortalezas, que los hace potencialmente capaces de enfrentar los desafíos del clima cambiante, resistir y permancer fuertes cumpliendo con la misión de producir alimentos.

Finalmente, es conveniente destacar que los sistemas agropecuarios en general deben asumir con determinación la urgente necesidad de transformación, de avanzar hacia sistemas sostenibles con los menores impactos ambientales, buscando incrementar la capacidad de adaptación o “resiliencia”, y con ello, también mejorar la eficiencia productiva.

Referencias

1-WMO. (1979). Proceedings of the World Climate Conference. WMO-No. 537; 2-Cendrero, A. et al. (2009). Previsiones sobre cambio climático y cambio global: ¿Son sostenibles las tendencias observadas? Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. (Esp). 103 (1); 3-IPCC. (2014). Cambio climático 2014: Informe de síntesis. IPCC. Ginebra; 4-IPCC. (2019). Summary for Policymakers. In: Climate Change and Land: an IPCC special report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems. In press; 

5-Campbell, A. et al. (2009). Review of the Literature on the Links between Biodiversity and Climate Change: Impacts, Adaptation and Mitigation. SCBD. Technical Series No. 42;  6-FAO. (2013). La fauna silvestre en un clima cambiante. Estudio FAO: Montes 167; 7-Uribe Botero, E. (2015). El cambio climático y sus efectos en la biodiversidad en América Latina. CEPAL-UE; 8-FAO. 2019. The State of the World’s Biodiversity for Food and Agriculture. FAO, Rome; 9-Lindley, S.J. et al. (2019). Biodiversity, Physical Health and Climate Change: A Synthesis of Recent Evidence. In: Biodiversity and Health in the Face of Climate Change;

10-Porter, J.R. et al. (2014). Food security and food production systems. In: Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. IPCC.  NY, USA; 11-Loboguerrero, A. et al. (2018). Feeding the World in a Changing Climate: An Adaptation Roadmap for Agriculture. Rotterdam and Washington, DC; 12-Pezo, Danilo. (2019).Intensificación sostenible de los sistemas ganaderos frente al cambio climático en América Latina y el Caribe: estado del arte. BID.

Por AlisTeresa Márquez Araque

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